China está ganando su guerra contra la contaminación, ¿cómo?
Hace cuatro años, China lanzó un dramático anuncio televisado afirmando que el gobierno estaba «en guerra contra la contaminación». Ahora, en 2018, los números son diferentes: el país asiático está ganando. Hasta tal punto, que si estas reducciones se mantienen, los ciudadanos chinos ganarán, en promedio, 2,5 años de promedio de vida.
Las ciudades más pobladas del país han reducido las concentraciones de partículas finas en el aire en un promedio del 32% en solo cuatro años. El país se comprometió a cumplir ciertos objetivos para dejar la dependencia del carbón, controlar las emisiones de vehículos, aumentar la generación de energía renovable y aplicar mejor los estándares de emisiones. También, el gobierno aumentó su transparencia al compartir información con el público.
Además, el gobierno chino tomó otras medidas más concretas: se prohibió la construcción de las centrales eléctricas basadas en carbón, cancelando los planes de 103 nuevas plantas. Aquellas que no fueron canceladas se hicieron más eficientes y se les exigió que redujeran sus emisiones. Y las plantas que no cumplían los nuevos requisitos fueron reemplazadas por gas natural.
También, el gobierno chino promovió una «línea roja ecológica» que restringe la construcción de estas plantas cerca de ríos, bosques y parques nacionales.
Otros métodos fueron más drásticos: se restringió los automóviles en carretera; eliminaron calderas de carbón de los hogares y las reemplazaron con calentadores eléctricos o de gas si una región no cumplía con sus objetivos de contaminación.
Algunas partes de China han notado una seria mejoría. A principios de este año, la Administración Forestal Estatal de China anunció sus planes de plantar dos grandes bosques que cubren 6,66 millones de hectáreas, aproximadamente el tamaño de Irlanda, aumentando su cobertura forestal total en un 23% en 2020, incrementándolo hasta el 26% para 2035.