Los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir demencia
La demencia afecta a 47 millones de personas en todo el mundo, y cada año esta cifra aumenta con 9,9 millones de diagnósticos nuevos, de los cuales dos tercios son mujeres. Es un síndrome complejo, cuyas causas son múltiples e interrelacionadas, y cuyos síntomas de pérdida de memoria y degradación cognitiva varían severamente entre personas.
Los tratamientos varían en su eficacia, pero en la actualidad, sigue siendo un problema debilitante que destruye progresivamente la capacidad de una persona para hacer vida normal. Sin embargo, una nueva revisión de varias investigaciones publicada en la revista británica The Lancet concluye una revelación rotunda: alrededor de uno de cada tres casos de demencia puede evitarse si se evitan o se mitigan nueve factores de riesgo.
Según informa BBC News, y tal como se presentó en la Conferencia Internacional del Alzheimer en Londres, estos nueve factores, presentados de mayor a menor riesgo, son:
- Pérdida auditiva en mediana edad (9% de riesgo)
- No completar la educación secundaria (8% de riesgo)
- Fumar (5% de riesgo)
- No buscar tratamiento para la depresión en la juventud (4% de riesgo)
- Inactividad física (3% de riesgo)
- Aislamiento social (2% de riesgo)
- Presión arterial alta (2% de riesgo)
- Obesidad (1% de riesgo)
- Diabetes tipo 2, la variante más común vinculada a la obesidad (1% de riesgo)
Aunque la demencia comienza a ser sintomática rozando la senectud, estos factores van debilitando poco a poco la red neuronal del cerebro y allanan el camino para que se produzca esta fatal enfermedad.
En conjunto, estos factores representan hasta el 35% del riesgo, lo que significa que centrarse en ellos podría conducir a prevenir un tercio de toda la demencia a nivel mundial. Al mismo tiempo, el coste global de esta enfermedad -cifrado entorno a los 805 millones de euros- podría reducirse drásticamente.
El resto del riesgo -el 65%- está actualmente fuera del control de la persona e incluye factores tales como la acumulación de agregados de proteínas en el cerebro -causa principal de la enfermedad de Alzheimer-, mutaciones genéticas que causan daño cerebral, etcétera.
Hay algunos aspectos en la lista que son realmente sorprendentes; uno de ellos, por ejemplo, es la pérdida de la audición. Los investigadores argumentan que la falta de un entorno audible aísla a las personas y cambia el procesamiento cognitivo, que conduce al aumento del aislamiento social y la depresión, que contribuye a la aparición de la demencia.
Otros factores son más evidentes, como el nivel educativo. Lejos de detenerse allí, los 24 expertos internacionales que han hecho el informe explican que mantener el aprendizaje y la educación en la vida posterior reduce drásticamente el riesgo de contraer la demencia.
Para 2050, alrededor de 150 millones de personas podrían vivir con demencia. Aunque según los expertos «la demencia es el mayor reto mundial para la salud mental y la atención social del siglo XXI«, también explican que «al conocer estos factores, será más fácil desarrollar técnicas que ayuden a controlarla de una forma más eficaz. Retrasar la demencia algunos años para un porcentaje de personas sería un logro enorme, y permitiría a muchas más personas llegar al final de su vida de la forma más digna», concluyen».