O-soji, la limpieza en las escuelas
¿Cuántas veces nuestra madre nos ha dicho que recojamos la habitación? ¿Ayudamos lo suficiente en casa? Pues bien, aunque puede ser que no la tengamos integrada en nuestra rutina, la limpieza forma parte de la sociedad nipona. De hecho, la mayoría de los extranjeros cuando van a Japón, se sorprenden mucho por la limpieza de las calles; sobre todo teniendo en cuenta las pocas papeleras que puedes encontrarte.
Seguramente, aunque ayudemos en las tareas del hogar, no las realizamos a diario; y mucho menos en los centros educativos. En cambio, los japoneses sí, ya que para ellos la limpieza es un signo de pureza, esto es, la limpieza es el reflejo del alma. Por ello, y por otras razones tales como la responsabilidad o el prepararles para la vida, los niños, desde una temprana edad, después de finalizar las clases, se dividen en grupos y limpian la escuela de arriba abajo. Esta práctica es conocida como o-soji. Incluso, son los mismos alumnos quienes sirven la comida y luego limpian los platos. Dependiendo de la edad que tengan, si son aún pequeños, en las tareas más grandes son ayudados por un adulto.
El o-soji, aunque ha sido llevada a cabo durante generaciones en ningún momento ha sido cuestionada por los japoneses. En vez de algunos extranjeros que lo ven desde el punto de vista de la explotación infantil. De hecho, en Brasil se intentó implantar el o-soji pero muchos de los padres denunciaron tal sistema como un abuso.
O-soji también enseña a confiar en uno mismo como explican algunos profesores. Y es que los niños, se alegran de poder cooperar en las tareas de la limpieza y de poder mostrar que pueden hacerlo, por lo que también, gracias a esta práctica trabajan la humildad. Por lo tanto, ¿hasta qué punto podemos decir qué es abuso? ¿No es una práctica que puede enriquecer a los jóvenes?