9 cosas que no sabías sobre el alcohol y tu cuerpo
Algunas cosas cobre el alcohol, como el hecho de que beberlo en buena compañía sabe mejor o que debes beberlo siempre con moderación (o no beberlo directamente si vas a conducir) son bastante intuitivos. Pero cuando se trata de cómo puede interactuar el alcohol con tu cuerpo, la investigación científica tiene cosas interesantes que añadir.
1. A mayor edad, menos resacas… pero más intensas.
A medida que uno envejece, experimenta menos resacas, según sugiere un estudio danés. Los investigadores analizaron los hábitos y los informes de más de 50.000 hombres y mujeres de edades comprendidas entre 18 y 94 años, y descubrieron que en las personas de más edad (50 a 59), en comparación con las personas de mediana edad (30 a 49) y más jóvenes (18 a 29), tienen menos resaca después de un consumo excesivo de alcohol. También disminuyeron las náuseas, dolores de cabeza, vómitos y taquicardias. Eso sí, si te gusta beber no lo celebres todavía, ya que también descubrieron que estas resacas eran peores.
2. Bebes más los días de gimnasio.
Si sientes que bebes más en los días en que trabajas tu cuerpo en el gimnasio, no estás solo. Un estudio publicado en la revista Health Psychology pidió a 150 participantes que registraran sus entrenos y los días que bebían más en sus smartphones durante tres semanas. Investigadores de la Universidad de Northwestern encontraron un patrón: la gente tiende a beber más alcohol los días que se ejercitan. Pero eso podría ser explicado por el hecho de que mucha gente suele trabajar su cuerpo hacia el final de la semana, cuando tienen más tiempo (lo que también significa que tienen tiempo para socializar y salir a tomar una copa). También sugieren que podría ser un método de recompensa después del entreno.
3. Culpa a tu genética por tus resacas.
Tu ADN puede explicar por qué eres más propenso a sufrir resacas que algunos de tus compañeros de juerga. Un estudio reciente en la revista Addiction encontró variaciones genéticas responsables de casi la mitad de las razones por la cual puedes sentirte mal el día después de una borrachera a pesar de beber la misma cantidad de alcohol que una persona que se siente bien (la otra mitad son factores que no están relacionados con tu ADN, como pueden ser el entorno, la tolerancia individual de alcohol, y si estás comiendo mientras bebes).
4. A tu cerebro le gusta tanto la cerveza como el sexo.
Un pequeño trago de cerveza podría liberar las mismas hormonas en el cerebro que a menudo se liberan durante el acto sexual, el ejercicio o disfrutar de una comida sabrosa. Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana administraron a 49 hombres unos 15 mililitros de cerveza (no lo suficiente para elevar sus niveles de alcohol en sangre). Al escanear los cerebros, se dieron cuenta que la dopamina se liberaba en aquellos hombres que se les administró cerveza. La dopamina es un químico cerebral que contribuye a la sensación de placer, pasión, deseo, apego y felicidad.
5. El estrés puede matar tu ‘achispamiento’.
Según un estudio de la Universidad de Chicago, donde tuvo la ayuda de 25 hombres, demostró que los hombres que pasaron por una situación estresante se sentían ‘agobiados’ a la hora de beber, y no sentían una borrachera tan intensa.
6. Estás programado para disfrutar de ciertos alcoholes.
Del mismo modo que ciertas personas tienen preferencias por algunas comidas, lo mismo ocurre con el alcohol. Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, han descubierto recientemente que tus genes modifican cómo tus papilas gustativas perciben el alcohol, lo que influye en si te gusta y lo consumes habitualmente. Se centraron, sobre todo, en dos variantes de genes específicos que se han relacionado con la forma en que percibimos la amargura.
7. ¿Bebes rápido? Quizá podría ser por la forma del vaso.
Una copa con una forma curvada hacia abajo podría hacer que te bebieras la cerveza más rápido que una recta. Al menos es lo que afirma un estudio de la Universidad de Bristol, donde 160 participantes bebieron 354 mililitros de cerveza en distintos recipientes. Después de medir cuán rápido se bebía la gente el líquido, los investigadores demostraron que ciertas formas, como la anteriormente mencionada, hacen que te bebas la cerveza más rápidamente. Los investigadores sugieren que podría tratarse de una ilusión óptica: en un experimento separado las personas tendían a malinterpretar el volumen de cerveza según iba cambiando el vaso que la contenía. Si la copa curvada hace que parezca que haya menos cerveza, uno podría sentirse obligado a beberla más rápido.
8. El entorno afecta al gusto del whisky.
Investigadores de la Universidad de Oxford realizaron un evento en Londres en que dejaron a 500 personas a hacer una degustación de whisky. El sistema sensorial tenía tres habitaciones separadas (cada una diseñada de una forma distinta, pero con el mismo tipo de whisky). La primera habitación tenía hierba, con su aroma característico; la segunda, objetos redondos de color rojo, una campana aguda y una fragancia dulce; y el útltimo, suelos y paredes de madera, el sonido de hojas crujientes, y aroma de cedro. El medio tuvo un efecto directo sobre el olfato, el gusto y el sabor. Los que estuvieron en la sala verde pensaron que el whisky era ‘herbáceo’, los de la sala roja valoraron el producto como ‘rústico’, y los que estaban en la habitación de madera describieron el whisky como ‘roble’.
9. ¿La cerveza mejora tu cerebro?
Este estudio puede sonar demasiado bueno para ser verdad: un compuesto que se encuentra en el lúpulo, ingrediente principal de la cerveza, podría mejorar la memoria y el pensamiento. Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón dieron suplementos del compuesto a ratones durante ocho semanas, y luego les pusieron a prueba en distintos ejercicios cognitivos: un laberintos, ejercicios de memoria… Los ratones que recibieron el suplemento realizaron mejor el laberinto.
El compuesto, conocido científicamente como antohumol, es un flavonoide, que se encuentran en plantas. Los investigadores previamente los han relacionado con otros beneficios para la salud, por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes: los flavonoides en el cacao, por ejemplo, disminuyen la presión arterial y reducen la formación de coágulos sanguíneos.
Pero aquí está el truco: para obtener la cantidad que los ratones obtenían, necesitaban consumir la cantidad que se encuentra en 2.000 litros de cerveza, momento en el cual estamos seguros que niegas dichos beneficios cognitivos.