¿Qué es el vudú?
El vudú es una de las religiones más antiguas del mundo y tiene su origen en los pueblos de la costa atlántica de África. Algunas creencias populares asocian el vudú a practicas oscuras utilizadas para hacer daño a través de muñecos, pero si bien algunos lo utilizan para dañar, la idea originaria de esta práctica es la de sanar utilizando la magia simpática. La magia empática (comúnmente llamada «Magia Simpática) es el conjunto de prácticas basadas en las creencias metafísicas relacionadas con: Lo similar produce lo similar, es decir, los efectos se parecen a sus causas; Aquellas cosas que han estado en contacto siguen ejerciendo influencia mutua una vez separadas.
Los practicantes del vudú describen su religión como una búsqueda de sus raíces ancestrales y la utilizan para buscar la sabiduría a través de la consecución de un nivel superior de conciencia. En lengua Fon y Ewe la palabra vudú significa “espíritu o misterio”.
El vudú es practicado por distintas tribus como los Ewe, los Fon, los Mina o los Kabye, ubicadas en Nigeria, Benín, Togo y Ghana, así como miembros de países centroamericanos y suramericanos principalmente, provenientes de los esclavos africanos llevados a este continente durante la época de la esclavitud.
Esta religión está marcada por un fuerte componente animista, según el cual las entidades no humanas son seres divinos o espíritus, o al menos participan o son poseedoras de principios o potencialidades divinas. El animista cree que no hay separación entre el mundo material y el trascendente, por lo que rocas, montes, plantas, animales, fenómenos atmosféricos, y demás entidades materiales tienen un alma o un espíritu, o manifiestan a dioses y espíritus de distintas categorías dentro de la jerarquía trascendente.
Los vudus, etimológicamente son los espíritus que gobiernan toda la naturaleza. Sus dioses están muy jerarquizados y dominan todas las fuerzas de la naturaleza, las rocas, los árboles, las corrientes de agua, los lugares, los cruces de los caminos, pero también los clanes y tribus, las naciones y a las personas individualmente. Incluso los muertos dentro de la familia siguen también viviendo con los vivos y entre los vivos, a los cuales se les puede pedir ayuda y colaboración.
En el panteón vudú el dios principal es un dios padre-madre, andrógino, el dios creador de todo, que tiene por debajo de sí multitud de dioses menores pero muy poderosos llamados loas (orishas para los yorubas y la santería). El dios creador es Mawu, o Nana Buluku, y sus dioses hijos son los encargados de los distintos lugares y territorios así como de las distintas expresiones naturales: animales, mares, ríos, bosques, etc. El dios creador andrógino tiene dos manifestaciones o expresiones: como Mawu es el aspecto femenino, y es la Luna, mientras que como masculinidad se asocia al Sol y se le denomina Lisa.
Otro dios, hijo del creador, es Legba, que actúa como intermediario entre los demás dioses hermanos suyos y el dios creador padre-madre. Legba a veces es presentado como un joven pero en Haití tiene aspecto de anciano. Otro dios importante es Mami Wata, encargado de las aguas, o Gu, que regula el hierro y las armas, Sakpata, el encargado de las enfermedades, o Eshu el mensajero entre los dioses y los hombres, mantenedor de las relaciones entre ambos mundos, y por lo tanto el dios que regula el orden y la paz.
El paraíso se denomina Guinee o Guinea, lugar donde moran los dioses, y al cual al morir la persona irá tras pasar por el último cruce de caminos, donde el dios Guede habrá de dar o no paso al fallecido.
Los sacerdotes vudú se denominan houngan (si es hombre) o mambo (si es mujer), y practican sus creencias en sus templos llamados hounfour. Un bokor es una hechicero que sirve a los loas con las dos manos, es decir, que practica tanto la magia denominada blanca (para sanar y como protección), como la negra (para hacer enfermar, dañar o dar muerte).
En sus celebraciones, donde intervienen los dioses loas, éstos llegan a poseer a los participantes, manifestando así su presencia, que puede ser calmada o más agresiva, según el carácter propio del loa que posea al celebrante.
En tanto que en todo está lo divino, los rituales vudú están llenos de elementos naturales, plantas y animales, incluso con sacrificios animales como oblación a los dioses, y así es su acontecer cotidiano, en la salud, en la enfermedad, la vida y la muerte.
Los fetiches o talismanes vudú son o bien estatuas o partes de animales que han sido secadas y que protegen y ayudan en casos de necesidad, enfermedad, heridas, o para mantener la salud y el vigor. Los brujos del vudú (bokor) dicen ser capaces de hacer hechizos contra enemigos para cumplir una venganza, pidiendo a los espíritus que sobre una persona o un grupo caiga la desgracia, el dolor, el daño o la muerte.
El vudú ha sido un fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho (zombis). Los muñecos de vudú, que son una especie de pequeños fetiches (que pretenden ser representaciones de personas) con forma humanoide fabricados con diversos materiales, que según los practicantes de esta religión, están vinculados al espíritu de una determinada persona, que puede ser mágicamente afectada ejecutando alguna acción sobre el muñeco que la representa.