El Santuario Kunigami, un templo dedicado a la curación de las hemorroides
Una de las fiestas más peculiares de Japón tiene lugar sobre la isla de Honshu, en el Santuario Kunigami, un antiguo templo principalmente dedicado a la curación de las hemorroides. En Japón existen gran cantidad de festivales inusuales, se conocen como “Kisai” o “Extraño Festival” y en general, se caracterizan por el sentido del humor y la diversión. Uno de ellos es el tradicional “lavado de piedra”, festival sintoísta a el que peregrinan decenas de personas afectadas de hemorroides con la esperanza de poner remedio.
Esta antigua la tradición dicta que el afectado tiene que bañarse completamente desnudo en un río cercano, considerado sagrado, lavando el trasero con atención especial. A continuación debe acudir al santuario y acercarse a un peculiar altar donde reposa de pie un enorme huevo de piedra. A su lado hay una gallina, la cual simboliza la puesta de los huevos de piedra mágicos que curan las hemorroides. Pues bien, mientras se recita una oración para expresar la petición de curación a los dioses o Kami, hay que agacharse (de espaldas, claro, mostrando la zona a tratar) y frotar simbólicamente el trasero con el huevo de piedra. Además hay que llevar ofrendas, normalmente huevos, para finalmente, comerlos pasados por agua.
Asimismo, la desnudez durante el baño es aceptable porque resulta necesaria para mantener la esencia del ritual purificador, al igual que pasa en otros ceremoniales de Japón. La gente que participa no tiene problemas y suele juntarse casi un centenar de personas, aumentando su número año tras año, lo que indica que la incidencia de las hemorroides es cada vez mayor.
De hecho, el templo había caído en desuso a finales de la década de los ochenta y hace un par de años, tras una reforma, ha reabierto sus puertas al público con un éxito que va creciendo con los años. Es más, ni siquiera todos los que van sufren hemorroides; algunos lo hacen como medida preventiva.
Muchos de estos extraños festivales, fueron ideados para divertir a los Kami, o los dioses, así que es importante asistir con un buen sentido del humor y la mente abierta. Por eso muchos matsuris (festivales) se celebran en un ambiente de diversión, lejos de la solemnidad y la seriedad de los actos religiosos de otros cultos. En el caso que nos ocupa, las risas son generalizadas.