Películas navideñas ¿porqué nos gustan tanto?
Existe una causa científica que nos aclara cuál es la razón
Aunque estamos lejos de la Navidad, las películas navideñas siempre nos llenan de nostalgia. Una plataforma de streaming, dispuso transmitir las 24 horas con este tipo de género durante todo el mes de julio. El éxito fue tan rotundo que, por pedido del público, lo extendieron una semana más. Sin embargo, los críticos de cine las catalogan como malas, entonces ¿por qué nos gustan tanto?
Las películas navideñas contagian felicidad
Según un estudio realizado en Dinamarca, todos guardamos en nuestro cerebro algún recuerdo navideño que nos hace felices. Las luces de colores, el pan de jengibre, los villancicos y los adornos navideños, logran que nuestro cerebro sienta algo muy cercano a la felicidad. Y las películas relacionadas con esta temática nos transportan a esos momentos idílicos.
La industria del cine creó un género exclusivo para agruparlas, el navideño. No es nuevo, tiene tanta edad como el cinematógrafo. Hasta hace un tiempo, eran películas que se podían ver en esa época especial del año. Lo cierto es que son melosas, hasta infantiles. Nos llenan de emoción y, más de uno, termina con lágrimas en sus ojos. Tanto es así, que ya no hay que esperar hasta esa fecha para poder verlas. Se pueden elegir en las plataformas de cine durante todo el año.
Investigaciones demuestran que estas películas nos relajan y brindan placer
Según una encuesta hecha por la coach Sally Henderson, experta en las tradiciones navideñas, nuestro cerebro genera dopamina cuando vemos una de estas películas. Este neurotransmisor producido por el cerebro es el causante de las sensaciones placenteras y nos genera relajación. Por lo que, cuando vemos una película navideña, esas sensaciones se hacen presentes en nuestra cabeza y nos hace quedar horas delante de la pantalla.
Otro de los estudios, indica que más del 70% de las personas se sienten cómodas viendo estas películas. Esto es así, porque en su trama no se dispara una sola bala ni existen las traiciones. Mantienen un ritmo feliz, por lo que la dopamina se sigue generando en nuestro cerebro constantemente.
Nos desconectan por un rato de la realidad en que vivimos
Asimismo, su éxito, radica en que nos desconectan de nuestra realidad. El mundo en que vivimos nos produce estrés, ansiedad y en algunos casos angustia y temor. Las películas navideñas nos permiten una desconexión total de la realidad. Por unos 90 minutos, o lo que dure la película, solo nos concentramos en hechos felices, romance y festividad. Sea cual fuere su trama, las cosas habitualmente terminan en armonía. Se destacan las relaciones de las parejas y con la familia y amigos reunidos alrededor de la mesa navideña.
En esta categoría del cine, también encontramos valores que no a menudo encontramos en lo cotidiano. Amor, felicidad, perdón, altruismo, esperanza, humildad, algo que en otros géneros no podemos ver. Son virtudes que no se agrupan, al menos no todas juntas, ya sea en un mismo film de otro género o en la vida misma.
Alguien dijo que las películas sobre la navidad son como fábulas para niños, que gustan a los mayores. Sin embargo, qué bueno sería poder aprender de estas fábulas para comportarnos como los personajes ficticios lo hacen. Podríamos vivir en un mundo más empático, amistoso y feliz.
Lo cierto es que este género cinematográfico nos conecta con el niño que cada uno lleva dentro. Con esas sensaciones de que todo lo pasado, fue mejor, aunque la realidad de ese pasado esté distorsionada en nuestros recuerdos.