El veneno que casi mata a Conan Doyle
El autor de Sherlock Holmes
Fue creador de uno de los íconos literarios más célebres de la historia: Sherlock Holmes. Pero este autor estuvo a punto de morir realizando una investigación arriesgada. ¿Cuál fue el veneno que casi mata a Conan Doyle? Descúbrelo aquí.
Arthur Conan Doyle creció en familia católica irlandesa cargada de ilustradores y caricaturistas. Cursó la carrera de medicina en la Universidad de Edimburgo. Allí asistió a las clases del profesor Joseph Bell (1837-1911). Entonces, ¿quién era este caballero? Era bisnieto de Benjamin Bell, considerado el primer cirujano escocés.
El veneno que casi mata a Conan Doyle pudo dejarnos sin su genial obra.
Modelo de Sherlock
El profesor Bell fue un hombre singular, dotado de una enorme energía. Tenía una gran capacidad de deducción, lo que le confería una personalidad analítica. Se cuenta que exhortaba a sus alumnos a observar con mucho detalle a cada paciente. Eso permitiría un mejor diagnóstico clínico.
Hacía demostraciones teatrales y brillantes en el anfiteatro quirúrgico del hospital de Edimburgo. Así Doyle empezó el bosquejo del que sería su personaje más famoso. Bell colaboró en varias ocasiones con Scotland Yard. Entre ellas, en el célebre caso de Jack el Destripador. Actualmente es considerado uno de los precursores de la medicina forense.
Posteriormente, Conan Doyle estudió oftalmología. Ejerció esta especialidad en un barrio selecto de Londres. Pero pronto reconduciría su carrera profesional hacia las letras.
Años atrás, en 1879, había publicado su primer artículo médico. Lo hizo en la prestigiosa revista British Medical Journal. Allí recogió los efectos tóxicos de una planta venenosa llamada Gelsemium elegans. Era conocida como raíz del pie del Diablo, la cual produce un alcaloide llamado gelsemina.
Efectos del veneno
Contaba cómo había experimentado los efectos ponzoñosos de la planta en sus propias carnes. Se administraba diariamente dosis crecientes de tintura de gelsemio. Sufrió diarrea persistente, dolor de cabeza severo y una importante depresión. Suspendió el experimento ante el temor temiendo morir.
La gelsemina ataca el sistema nervioso central. Puede provocar convulsiones, parálisis de la musculatura respiratoria y muerte por asfixia. El veneno que casi mata a Conan Doyle pudo dejarnos sin su vasta y magnífica obra. El autor usó esa experiencia para uno de sus relatos más célebres: “El pie del diablo”.