La apnea consiste básicamente en bucear sin ningún tipo de aporte de oxígeno externo. Es decir, aguantando la respración. El 14 de junio del 2007, en Pelluhue (costa de Chile) el deportista Herbert Nitsch consiguió batir el récord mundial de apnea sin límite de profundidad, sumergiéndose a una más que respetable profundidad de 214 metros.
El principal riesgo de esta práctica se debe a la descompresión de los pulmones al ascender el último tramo. Es decir, pese a que los buceadores puedan descender sin problemas una vez calentado, deben hacer una pausa antes de salir a la superficie. Y por supuesto, durante la pausa deben continuar aguantando la respiración.
