El origen de los Oscar nació de un conflicto salarial.
Todo se inició cuando el gran jefazo de la Metro, Louis B. Mayer, decidió construirse una mansión junto al mar. Para ello no dudó en encargar el diseño a uno de los directores artísticos del estudio y en destinar a una parte importante de los obreros de la Metro a su construcción privada. Sin embargo, los trabajadores no se mostraron tan entusiasmados con el proyecto y, apoyados por unos sindicatos aún fuertes, se negaron a trabajar en la residencia si no recibían un sueldo adicional por dicho trabajo.
Mayer reaccionó al desafío convocando en una reunión a algunos de los directores, actores y productores con más poder de la industria, y en aquel cónclave surgió por primera vez la idea de crear una institución que mediara en las disputas laborales y que al tiempo defendiera los intereses de cuantos trabajaban en la industria cinematográfica. Estas reuniones, formadas al principio por treinta y seis personas, se fueron repitiendo hasta que en una cena en el hotel Ambassador, el 11 de enero de 1927, se constituyó oficialmente la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood.