Esa es una de las grandes afirmaciones acerca del juego. Incluso su nombre así lo atestigua: Juegos de “azar”. Si bien la suerte tiene un parte en el desarrollo de éstos, el atribuirle un papel dominante es un error muy común.
Dependiendo de a que juego nos dediquemos, nuestra habilidad deberá ser mayor o menor en función del éxito que queramos conseguir. Por poner un ejemplo, en un juego de cartas, como el Póker o el Blackjack, la suerte tiene un papel muy leve, siendo la habilidad de los participantes un factor a tener mucho más en cuenta y que determina en mayor grado el resultado. ¿Cómo si no es posible que siempre se repitan las mismas caras en los torneos y finales de Póker que se desarrollan en el mundo? El juego es mucho más que simple suerte.
Cierto es que en otros juegos, como la Ruleta, la suerte tiene un papel mayor, pero eso no significa que no haya detrás un componente importante de habilidad. Un jugador con experiencia y una buena estrategia tendrá muchas más posibilidades en el mismo juego que aquél que no conoce nada de la mecánica del mismo.
Obviamente, si existen juegos de azar puros y duros. Son aquéllos en los que nuestra decisión es poco más o menos que jugar o no jugar, como es el caso de las tragaperras, el Bingo, o los dados. En ellos nosotros tenemos poco poder de acción, y tampoco su funcionamiento permite el uso de estrategias, puesto son de mecánica más simple y rutinaria.
No obstante, el generalizar como “juegos de azar” a todos los juegos de casino parece una afirmación ligeramente errónea. Ya sea en locales físicos o en casinos online (como Botemanía) que nos ofrecen múltiples variantes de cada uno, los juegos de azar ofrecen diferentes grados de exigencia a los amantes de las apuestas, de manera que cada uno pueda escoger en función de las características que como jugador tenga, y el tipo de emoción y entretenimiento que el mismo desee experimentar. Unos querrán demostrar su pericia, otros simplemente dejarse llevar por la emoción. En cualquier caso, todos podrán encontrar una opción a su medida.
