Pero sólo aparentemente, eso sí. Si un fragmento de la canción (la magnífica canción de Led Zeppelin, hablando con propiedad) es pasado al revés puede escucharse en varias ocasiones la palabra «Satán» y el número 666.
El fragmento de la canción, reproducido normalmente, dice lo siguiente (traducido):
“Si hay alboroto en tu cercado, no te inquietes,
sólo es una limpieza general para la reina de mayo.
Sí, hay dos sendas que puedes seguir,
pero, a la larga, aún estarás a tiempo de cambiar de camino.”
Y si ponemos la canción al revés (se incluyen vídeos en la fuente, con la letra en inglés) se puede escuchar lo siguiente:
“Oh, aquí está mi dulce Satán.
Aquél cuyo camino me pondrá triste, cuyo poder es falso.
Él te da el 666.
Había un pequeño taller en donde nos hacía sufrir, triste Satán.”
Entonces, si esto es cierto, ¿por qué digo «supuestamente»? Pues porque no es verdad que al reproducir el fragmento al revés la letra diga nada de eso. Puede escucharse, sí, pero sólo si el que lo oye sabe que va a escuchar eso. Se trata de un curioso efecto psicológico llamado pareidolia sonora. Si probais a escuchar el fragmento al revés mientras leeis el fragmento de letra que menciona a Satán es muy probable que podais distinguir la letra. Es más, aunque escuchéis lo mismo sin tener delante la letra seguiréis percibiendo las palabras Satán y 666, ya que vuestro cerebro (y el mío) ha asociado ambas cosas.
