El Monopoly lo inventó un desempleado
Charles Darrow, un ingeniero de Pensilvania, que no encontraba trabajo en los años treinta fue el inventor de este famoso juego de mesa. Originalmente usó los nombres que recordaba de sus vacaciones en Atlantic City. Cuando en 1934 lo presento a la compañía de juegos estadounidenses Parker Brothers, sus responsables lo rechazaron tras identificar “52 errores básicos de diseño”, además de alegar que las partidas resultaban excesivamente largas y que era difícil de aprender.
Al recibir de mala gana la negativa de la compañia decidió venderlo por si mismo. Esas navidades Parker Brothers vio que el juego tubo un increíble éxito de ventas, por lo que decidieron comprarle los derechos del juego, haciendo a Darrow millonario. Las ventas se dispararos al poco tiempo, llegaron a vender hasta 20.000 unidades a la semana.
“El juego del Monopoly formó parte de la era de la Gran Depresión; permitió a la gente fantasear sobre el tablero con que podrían ganar en el mercado inmobiliario”, explicaba Robert Barton, ejecutivo de la empresa.
Hoy en día el Monopoly ya se ha comercializado en 26 idiomas y se calcula que más de 500 millones de personas han jugado al menos una partida.