¿Se pueden aprovechar los residuos nucleares?
Científicos del Instituto Cabot de la Universidad de Bristol acaban de matar dos pájaros de un tiro gracias a un diamante fabricado en laboratorio que puede generar electricidad y que, además, está hecho de materiales radiactivos reciclados.
En las plantas de energía nuclear, el uranio radiactivo se divide en un proceso llamado fisión nuclear. Cuando los átomos se dividen, se genera calor y este vaporiza el agua que hace girar las turbinas, generando electricidad.
Una desventaja de este proceso es la creación de desechos radiactivos peligrosos, que se depositan en el núcleo de grafito en el que están alojados. Hoy en día, esa contaminación se almacena hasta que deja de ser radiactiva… habiendo de esperar unos 5.700 años.
Pero los científicos encontraron una forma de calentar el grafito radiactivo para liberar la mayor parte de la radiactividad en forma de gas. Este se somete a altas temperaturas y a bajas presiones, que lo convierten en un diamante artificial.
Cuando estos diamantes se colocan cerca de un campo radiactivo, generan una pequeña corriente eléctrica. Los desarrolladores incluyeron la batería de diamante en otro diamante no radiactivo para absorber las emisiones nocivas, lo que a su vez permitió la generación de aún más electricidad, lo que hace que la batería sea casi 100% eficiente.
La batería de diamante nuclear tiene una vida útil increíble: hasta 5.000 años, según afirman los creadores (aunque habrá que ver hasta qué punto es cierto). Esto la convertiría en una solución energética ideal para «situaciones donde no es factible cargar o reemplazar baterías convencionales«, afirma Tom Scott, profesor de ciencias en el Instituto Cabot.
El qué hacer con los contaminantes es un problema a tratar seriamente; pero ahora, parece ser que muchos expertos están en el camino correcto para encontrar el «santo grial» de la electricidad: un modo que no generen emisiones y que casi no requiera mantenimiento. Habrá que ver.