Las rutas aéreas se verían afectadas por el cambio climático
Todos sabemos los desastres naturales que podrían ocurrir si no se pone freno al cambio climático; pero a veces, se nos olvidan otros muchos problemas que nos podría traer: hoy, vamos a hablar sobre cómo afectaría a los vuelos en avión.
Según un nuevo estudio publicado en Environmental Researches Letters, el cambio climático alteraría la corriente de aire en el Atlántico Norte, lo que haría que los vuelos transatlánticos fuesen más largos, lo que conllevaría a un mayor consumo, a más contaminación y a un gasto mayor de combustible por parte de las aerolíneas, lo que haría encarecer sus precios.
Los corrientes de aires son estrechos y rápidos, y habitualmente van de oeste a este. Los pilotos suelen aprovecharse de ellos cuando se vuela hacia el este, acortando significativamente el tiempo de vuelo.
Estas corrientes de aire son alimentadas por las diferencias en las temperaturas del aire dentro de la atmósfera. En invierno, la diferencia de temperatura entre el Ártico y las regiones subtropicales bañadas por el sol es mucho mayor que en verano, produciendo un chorro de aire muy potente. El calentamiento global intensificaría esta diferencia de temperatura en invierno, ya que las regiones subtropicales y tropicales se calientan más rápido que las regiones polares.
El doctor Paul Williams, autor principal de esta investigación, quería saber cómo podría influir esto en los vuelos transatlánticos. Para este estudio, se duplicó la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, que es la concentración predicha para mediados de este siglo. Sorprendentemente, esto tuvo un efecto notable: la corriente en invierno sería tan fuerte, que los vuelos desde Nueva York a Londres tardaría cuatro minutos menos para completarse. De hecho, este efecto ya se puso a prueba el año pasado: un vuelo de Nueva York a Londres en enero tardó un tiempo récord de tan sólo 5 horas y 16 minutos, debido a una inusual y poderosa corriente de aire.
Pero la cuestión sería hacer el vuelo desde el este hacia el oeste. Habría que tratar de evitar la corriente de aire, pero de todas formas, según los cálculos del doctor Williams, cada vuelo tardaría 5 minutos y 18 segundos más. Esto conllevaría a que el gasto sería mayor viajando de este a oeste en comparación con la mejora de velocidad viajando de oeste a este.
Este tiempo de ida y vuelta residual (aproximadamente 1 minuto y 18 segundos extras) significaría que los aviones estarían un extra de 2.000 horas al año, lo que produciría un consumo extra de 32,7 millones de litros más, lo que aumentaría el gasto de las aerolíneas en 22 millones de dólares al año. Además, se emitiría un extra de 72.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que contribuiría a un mayor efecto invernadero, en una especie de «pescado que se muerde la cola».