Un veneno mucho peor que el ácido sulfúrico: el de la araña violinista
Una pequeña araña que mide entre 8 y 33 milímetros con todas sus patas extendidas es considerada la más peligrosa dentro de las Loxosceles, se la llama araña violinista o araña del rincón.
El veneno de la Loxosceles laeta es potencialmente mortal dependiendo de la relación inóculo-masa del individuo. Su acción es esencialmente proteolítica y necrolítica, es decir, disuelve poderosamente los tejidos. Destruye todo lo que tenga proteínas, siendo 10 veces más poderoso su efecto que la quemadura con ácido sulfúrico ya que el veneno tiene un alto poder de penetración en la piel y el músculo. En casos extremos produce la putrefacción de la piel.
A diferencia de la mayoría de las arañas que tienen 8 ojos, las arañas reclusas tienen 6 organizados en pares que forman un triángulo, y es capaz de correr velozmente en busca de refugio, escabulléndose en rendijas de no más de 5 mm o saltando hasta 10 cm de altura. Es asustadiza y bastante rápida corriendo, pudiendo desarrollar hasta 15 km/h, lo que la hace mucho más veloz que otras arañas.
Las mordeduras serias forman una llaga necrotizante que destruye el tejido suave y puede llevar meses y con muy poca frecuencia años en sanarse, dejando cicatrices profundas. El tejido dañado se volverá gangrenoso y finalmente fangal. Al principio puede no haber ningún dolor de un mordisco, pero con el transcurso del tiempo, la herida puede ponerse tan grande como 25 centímetros en casos extremos.
Algunos efectos son la fiebre, taquicardia, hematuria, hemoglobinuria, nauseas, vómitos, hemólisis, coagulación intravascular diseminada, fallo renal, coma, hipotensión, compromiso de conciencia y convulsiones que se pueden manifestar entre las 24-48 horas.
Pero tranquilos: la araña violín sólo ataca por defensa personal cuando ve peligro.