Un parásito se comió parte de la cara de un joven estadounidense
Los médicos le avisaron que el asunto era grave porque el parásito se alimentaba de su carne y podría tener muchos dolores y daños. Spencer estuvo con muchos tratamientos de antibióticos, pomadas y hasta inyecciones y no servía para nada. Su herida se inchó tanto que llegó a tener problemas con las vías respiratorias, en su boca y en su lengua.
Ahora todo ha acabado con un tratamiento más específico de, más o menos, 21 días. El parásito desapareció de su cuerpo pero le dejó una cicatriz en el rostro.