Un inmenso espejo natural
En la foto podemos apreciar a unos turistas caminando ¿por el aire? No, se encuentran sobre el espejo natural más grande del mundo, que sólo lo podemos encontrar en Bolivia, en el Salar de Uyuni, un desierto de sal, que por cierto, también es el más grande del mundo.
Este fenómeno se da porque el suelo del salar es tan plano que cuando llueve no hay ningún lugar para que drene el agua y por lo tanto se crea un efecto de espejo que refleja el cielo.
Se trata de un efecto natural del que se ha hecho arte como es el caso de Takati Watanabe y sus impresionantes fotografías.
El salar de Uyuni es el mayor desierto de sal continuo del mundo, con una superficie de 10.582 kilómetros cuadrados. Existen aproximadamente 11 capas de sal, con espesores que varían entre los dos y diez metros. La costra que se encuentra en la superficie tiene un espesor de 10 metros. La profundidad del salar es de 120 metros, el cual está compuesto de capas de salmuera superpuestas y barro lacustre.
Otra de las curiosidades del salar es que al tener una superficie tan plana la NASA la utiliza para calibrar las órbitas de los satélites. Además también contiene la mayor concentración mundial de litio que es vital para las baterías que hoy utilizamos en nuestros teléfonos móviles y cámaras de fotos.
También hay que tener en cuenta que los relojes y las brújulas no funcionan junto al salar de Uyuni, está claro que nos encontramos ante toda una maravilla natural, y como tal participó en la elección de las siete maravillas naturales del mundo.
Se practican varios tipos de actividades sobre el desierto de sal, entre otras, la conducción de coches, conducir en medio de este lago de sal es una experiencia extraordinaria sobre todo durante el invierno cuando el azul intenso del cielo contrasta con el blanco brillante de la costra de sal. Cuando el tiempo está nublado se produce el efecto “white – out”, donde el horizonte se difumina hasta desaparecer, convirtiendo en una tarea casi imposible el diferenciar la tierra del cielo.