Un grupo de ballenas belugas adoptan un narval perdido
Abandonada a kilómetros de su hogar, un narval ha tratado de buscarse la vida como ha podido. Afortunadamente, se encuentra a salvo gracias a sus nuevos amigos, un grupo de ballenas belugas. Esta situación fue detectada en las aguas del río San Lorenzo, cerca de la provincia de Quebec, Canadá.
Cada año, el Grupo de Investigación y Educación sobre Mamíferos Marinos Canadiense se dirigen al río y a su estuario para contar e identificar con fotos a las belugas. Para su sorpresa, notaron un miembro más en la pandilla: un joven narval, a unos 1.000 kilómetros al sur de su rango ártico habitual. Por lo que parece, el narval perdido ha sido adoptado por las belugas, que viven felices en grupo, a pesar de sus obvias diferencias.
En realidad, es bastante sorprendente que las ballenas belugas, y mucho menos los narvales, se encuentren en el río San Lorenzo, ya que normalmente habitan las heladas aguas del Ártico; las 120 belugas que viven allí son un grupo aislado que no suele migrar a tanta distancia.
«Debido al cambio climático que se observa en el Ártico, existe la posibilidad de que estas dos especies puedan acompañarse mutuamente cada vez más frecuentemente en las próximas décadas» afirma la asociación en una publicación en su blog.
«Ya hemos visto este fenómeno en otras especies, como el oso polar y el oso pardo, que incluso se han cruzado entre sí», añaden.