Un escultor crea un árbol que produce 40 frutas diferentes
Sam Van Aken, escultor y profesor de arte en la Universidad de Siracusa, ha desarrollado, injertando en un mismo tronco varios tipos de ramas de árboles frutales, el increíble «árbol de 40 frutas» (tree of 40 fruits). Durante casi todo el año este árbol parece un ejemplar normal, pero en primavera se pueden apreciar los tonos blanco, rosa, rojo y morado de las flores, que posteriormente se convierten en distintas especies de duraznos, nectarinas, ciruelas, chabacanos, cerezas y almendras en verano. Hasta ahora, Van Aken ha creado ya 16 árboles de 40 frutas.
Cada árbol tarda unos cinco años en desarrollarse lo suficiente para sumarle los 40 injertos que lo componen. El resultado es un árbol colorido y multifrutal.
El proceso involucra injertar porciones de tejido de otra planta a una ya asentada para que crezcan como un solo organismo. Para la inserción se toma un trozo del árbol frutal a injertar que tenga un poco de raíz, se le hace una incisión al árbol base y se coloca ahí. Después se pega con cinta adhesiva y se deja durante el invierno para que asiente y se cure. Si todo sale bien, la rama será podada para fomentar que vuelva a crecer como una rama normal del árbol base.
«Quería que el árbol interrumpiera y transformara la cotidianidad”, dijo Van Aken. “Cuando el árbol florece inesperadamente en colores diferentes y observas los distintos tipos de fruta colgadas de las ramas, no sólo cambia la forma en que lo ves, sino que cambia la forma en que percibes las cosas en general”.
Para su creador, uno de los propósitos de estos árboles es conservar la diversidad de variedades nativas de los Estados Unidos. Pero Según este artista este no es un proyecto puramente horticultural: Sus árboles también son el resultado de un proceso creativo, escultural.
Por otro lado, estos curiosos ejemplares no se quedan atrás como árboles frutales destinados al consumo humano. A diferencia de los árboles tradicionales, los árboles de 40 frutas no producen grandes cantidades de una sola variedad de fruta que se echa a perder al poco tiempo: producen cantidades moderadas de muchas clases. Además, como las frutas maduran en tiempos distintos -entre julio y octubre- tampoco inundan la casa de frutas sólo una vez al año.
Ahora el profesor y artista está trabajando en un «El árbol de 100 frutas» (The Tree of 100 Fruits), que representa la meta final de este curioso proyecto.