El último dodo disecado que se conservaba en el mundo fue quemado por el director de un museo, debido a su deterioro
En 1755, cerca de 7 décadas después de la muerte del último pájaro dodo (en 1662 se avistó por última vez, se estima que se extinguieron cerca del año 1690), quedaba un solo ejemplar embalsamado en el mundo, en el Ashmolean Museum de Oxford. Sin miramientos para con su inconmensurable valor científico, el director del museo consideró que el ejemplar estaba ya «desagradablemente mustio» y decidió quemarlo.
A día de hoy, los restos mejor conservados y los únicos que guardan tejido blando del ave son una cabeza y unas patas de un mismo individuo, que se exponen en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford. Sin embargo, en comparación con un individuo entero son poca cosa. Las reservas de material genético del dodo que fue quemado en 1755 serían de inestimable valor científico en nuestra época.
En la imagen, esqueleto de un dodo conservado en el Museo de Historia Natural de Londres. LLama la atención que no tenga ningún resto de hueso de las alas, por pequeño que sea.