¿Sabías que las rosas negras existen de forma natural?
Asociadas a la oscuridad y ciencias ocultas, las rosas negras han obsesionado, por su extraña belleza, a escritores y alquimistas durante siglos. Este tipo de rosas, como tales, pertenecen más a la leyenda que al mundo real. Pero lo cierto es que, aunque la mayoría pensamos que este tipo de rosas tan singulares únicamente pueden obtenerse de forma artificial (tintando una rosa blanca o hibridando una rosa roja y una morada), también crecen salvajes en la naturaleza.
Las rosas negras salvajes crecen, exclusivamente, en una pequeña aldea agrícola del sur de Turquía llamada Halfeti. Su existencia es tan real como efímera, pues a pesar de que florecen en primavera, únicamente aparecen negras durante el verano; en el resto de estaciones, las rosas Halfeti, como la mayoría de rosas del mundo, son rojas.
Las condiciones únicas del suelo y los niveles de pH de las aguas subterráneas de la zona (procedentes del río Éufrates) permiten que, en verano, el color rojo carmesí de la rosa se convierta en negro. Las responsables de esta coloración son las antocianinas, pigmentos que también otorgan su color oscuro a las moras, frambuesas y arándanos, cuya concentración en el río Éufrates es particularmente alta.
Esta maravilla natural constituye el patrimonio de Halfeti y simboliza, para sus lugareños, pasión, muerte y llegada de malas noticias.
Desafortunadamente estas valiosas rosas son una especie en extinción. En la década de los 90, la antigua aldea de Halfeti se inundó y sus habitantes tuvieron que reubicarse a unos 10 km de la aldea, una pequeña distancia que resultó fatal para estas delicadas rosas. Los aldeanos llevaron consigo algunos ejemplares de rosales, también semillas, pero no se adaptaron muy bien al nuevo suelo. Actualmente en Halfeti tan sólo quedan unos pocos ejemplares, posiblemente, los únicos ejemplares del mundo.