Si hay algo que está claro es que el ser humano no deja de ser un animal, y la prueba está en que existen muchos comportamientos idénticos entre algunas especies animales y las personas.
La típica frase de película “Las mujeres y niños primero”, se practica entre humano pero sobre todo entre perros, un canino por muy aterrados o agresivo que sea jamás tocará a un cachorro o a una hembra. Si alguna perra se le enfrenta el macho se quedará quieto, sin ofender a la perrita.
La magnanimidad con el vencido, no sólo es ley entre los humanos sino que también entre los lobos. Cuando un lobo es vencido se queda quieto ofreciendo su garganta al colmillo del contrario, es un símbolo de rendición y por ello está completamente a salvo.
El sentido de la propiedad privada, en este caso son las aves las que al cantar advierten de que ese es su territorio. Pero no sólo ellas, sino que otros dejan su orina y algún olor identificador.
