Siempre nos fascinaron las cebras. El llamativo diseño que “visten” las hace destacar rápidamente. Sin embargo, al parecer es un mecanismo de defensa. ¿Por qué las cebras tienen rayas?
Se hizo un experimento en la Universidad de Bristol (Reino Unido). Consistió en poner mantas de diferentes patrones sobre lomos de caballos. Algunos imitaban las rayas blancas y negras de la cebra. Así se estudió el comportamiento de los tábanos. Estos insectos suelen ser muy molesto al picar a los animales.
Camuflaje de guerra
Se produjo un cambio en el comportamiento de los insectos. Definitivamente el cambio de patrones tuvo implicancias. ¿Cómo sucedió?
«¿Es la delgadez de las rayas? ¿El contraste de blanco y negro? ¿La señal polarizada que pueden emitir los objetos? ¿Y por qué las cebras tienen rayas? Nos propusimos explorar estos temas. Usamos diferentes telas estampadas sobre caballos y filmamos a los tábanos entrantes», indicó el ecólogo evolutivo Tim Caro. Trabaja en la Universidad de Bristol.
Esto reflejó que los insectos se muestran más atraídos a superficies oscuras. Al romper el área negra con color blanco efectivamente hay una menor interacción. El diseño de rayas fue el que más repelencia causó a las moscas. Mientras mayor contraste, menor fue la cantidad de aterrizajes.
Esto se debe a que el color blanco elimina en los tábanos el campo de visión que interpretan como un lugar válido para alimentarse. El efecto óptico que se produce en los insectos es solo un camuflaje. Solo reduce la visibilidad de las cebras entre los diminutos depredadores.
Por qué las cebras
Hay más: continúa en debate otro tema. ¿Por qué las cebras son los únicos mamíferos con pezuñas que tienen este diseño? Hay otras dudas. Esta vez, respecto a las enfermedades que son capaces de transmitir los insectos. Pueden ser mortales para los caballos, pero no así para los ungulados.
«Nosotros sabemos que el pelaje de las cebras es corto. Esto permite que las piezas bucales de los tábanos alcancen la piel y los capilares sanguíneos que se encuentran debajo. Los hace más susceptibles a la molestia de los mosquitos», argumentó Caro. La investigación ha sido publicada en el Journal of Experimental Biology.
