¿Por qué el cielo es azul?
La investigación de John Tyndall
John Tyndal (1820-1893) era un romántico. Se preguntaba, entre otras cosas, por qué el cielo es azul. Pero no solo se quedaba allí. Y es que era, también, un científico. un hombre cuya ilimitada curiosidad e interés por la naturaleza lo llevó a explorar una amplia gama de temas. De paso, hizo descubrimientos clave para la ciencia.
Fue él, por ejemplo, quien demostró por primera vez que los gases en la atmósfera absorben calor en grados muy diferentes, descubriendo así la base molecular del efecto invernadero.
Era un entusiasta montañista y pasaba mucho tiempo en los Alpes. A menudo hacía una pausa al atardecer pues las puestas de Sol alpinas y su magnífica gama de colores lo dejaban extasiado. Fue por eso que se propuso comprenderlas y, con ello, logró inspirar a generaciones de científicos a realizar investigaciones fundamentales.
Armó un simple tubo de vidrio para simular el cielo y usó una luz blanca en un extremo para simular la luz del Sol.
Descubrió que cuando llenaba gradualmente el tubo de humo, el haz de luz parecía ser azul desde un costado pero rojo desde el otro extremo.
Se dio cuenta de que el color del cielo es el resultado de la luz del Sol dispersándose por las partículas en la atmósfera superior, en lo que ahora se conoce como el ‘efecto Tyndall’.
Otro de sus aparatos fue aún más simple.
El cielo en una caja
Sr trataba de un tanque de vidrio lleno de agua, al que le agregaba unas gotas de leche. Lo que hacía la leche era introducir algunas partículas en el líquido. Una vez lista la sencilla receta, Tyndall encendió una luz blanca al lado de un extremo del tanque.
Inmediatamente vio que el tanque se iluminaba con diferentes colores. A Tyndall le fascinaba el experimento. En su estilo típicamente poético, lo describió como «el cielo en una caja».
Y es que a un lado del tanque, la solución era azul. Pero a medida que viajaba hacia el otro lado, se iba tornando más amarilla, hasta volverse naranja, como el atardecer.
Arcoíris y atardeceres
Tyndall sabía que la luz blanca está hecha de todos los colores del arcoíris. Y pensó que la explicación de ese fenómeno que tanto lo cautivaba era que la luz azul tenía una mayor probabilidad de rebotar y dispersar las partículas de leche en el agua.
Ahora sabemos que esto se debe a que la luz azul tiene una longitud de onda más corta que los otros colores de luz visible. Eso significa que la luz azul es la primera en dispersarse por todo el líquido.
Es por eso que la parte más cercana a la fuente de luz se ve azul. Y es por eso que el cielo es azul: porque la luz azul del Sol tiene una mayor probabilidad de dispersarse en la atmósfera. Es lo que explica por qué el cielo es azul.
Pero el tanque también explica los colores del atardecer.
A medida que la luz penetra más profundamente en el agua lechosa, todas las longitudes de onda más cortas de la luz se dispersan dejando solo las longitudes de onda más largas de naranja y rojo.
Entonces, el agua se ve progresivamente más naranja y, si el tanque es lo suficientemente largo, roja. Eso es lo que ocurre con el cielo.
A medida que el Sol se pone más bajo, su luz tiene que viajar a través de más atmósfera, por lo que las longitudes de onda azules más cortas se dispersan por completo, dejando sólo la luz naranja y roja, haciendo que el cielo se vea rojo al atardecer.
Hoy, sabemos que la luz se dispersa principalmente en las moléculas de aire, en lugar de partículas de polvo, como pensaba Tyndall. Pero, aunque su explicación fue incorrecta en detalles, fue absolutamente certera en su principio.
El legado
John Tyndall era un hombre que investigaba exclusivamente por el ansia de conocimiento, sin una focalización a priori vinculada a un problema del mundo real. No se propuso descubrir los orígenes de las enfermedades transmitidas por el aire cuando comenzó a explorar los colores del cielo, pero eso fue exactamente lo que hizo.
Su caso hace que la otra forma en la que se le llama a este tipo de investigación guiada por la curiosidad en inglés (y que se usa en español) suene muy apropiada: «blue-sky investigation» o «investigación de cielos azules».
Ahora puedes mirar al cielo con otros ojos.