Plutón se encuentra a una cincuentamilésima parte del límite del Sistema Solar
Lo que realmente marca la frontera entre en Sistema Solar y el resto del cosmos es la Nube de Oort. Se trata de una gigantesca nube de asteroides y cometas que se localiza hipotéticamente a un año luz del Sol. ¿Que por qué digo hipotéticamente? Pues porque unos objetos de esas características son demasiado pequeños como para observarse a esa distancia, ni siquiera utilizando rayos X. Según algunas estimaciones la nube podría albergar entre uno y cien billones (10^12 – 10^14) de cometas, siendo su masa unas cinco veces la de la Tierra. Recibe su nombre del astrónomo holandes jan Oort.
Su existencia se considera probada debido a que explicaría la existencia de todos los cometas conocidos que tienen órbitas amplias, como el Halley. Su interacción gravitacional con el Sol sería tan débil que otras estrellas podrían interferir. Se han catalogado numerosos objetos pertenecientes a la Nube de Oort, siendo el mayor de ellos el cometa Sedna con un diámetro que oscilaría entre los 1.180 y los 1.800 kilómetros.
Lo más curioso relacionado con la Nube de Oort seguramente sea la Hipótesis Némesis. En 1984, Richard A. Muller, Piet Hut y Mark Davis, sugirieron la posibilidad de que el Sol pudiera tener una compañera estelar que le orbitara. Del mismo modo que ocurre con las estrellas Centauri A y Centauri B del sistema Alfa Centauri que se mencionaba en el NSN anterior. A este hipotético acompañante de nuestro Sol se le denominó Némesis. Némesis podría ser, de existir, una enana marrón, un agujero negro diminuto o incluso un planeta gaseoso de tamaño descomunal, mucho más grande que Júpiter. Por supuesto, esto son puras especulaciones y no se han hallado evidencias de que Némesis sea real.
Eso sí, año tras año aparecen nuevas pruebas a favor o en contra de la Hipótesis Némesis. Hay que decir que Némesis recibe su nombre de la diosa griega de la retribución y la venganza debido a los posibles efectos catastróficos que produciría al perturbar periódicamente la Nube de Oort, enviando cometas en dirección al centro del Sistema Solar, donde nos encontramos.