Descubren un milpiés bioluminiscente
Para evitar a los depredadores, muchos miembros del reino animal han evolucionado con ciertas habilidades increíbles: camuflaje, veneno… aunque probablemente los más sorprendentes son aquellos que brillan. Algunos ciempiés, por ejemplo, emiten un resplandor verde inquietante para advertir de su toxicidad. Pero curiosamente, resulta que, en una especie en particular, esta bioluminiscencia no evolucionó como mecanismo de defensa, sino para ayudar a hacer frente al estrés de un entorno caliente y seco.
Encontrados únicamente en torno a tres cadenas de montañas de California, los motyxia son un grupo de artrópodos ciegos que producen cianuro, conocidos por su capacidad de emitir luz. Estos insectos producen su distintiva resplandor por medio de moléculas llamadas fotoproteínas, que generan luz gracias a la combinación de oxígeno con otros agentes oxidantes.
La investigación ha demostrado que no sólo la luminiscencia se intensifica cuando alguien toca a los animales, sino que también algunas especies brillan más que otros. Mediante el análisis de cómo varía el brillo entre especies, National Geographic ha rastreado los orígenes evolutivos de este rasgo. Así, los entomólogos de Virginia Tech y la Universidad de Arizona comenzaron a analizar especímenes del medio natural, para controlar el brillo y compararlos entre ellos con el fin de evaluar sus niveles de luminiscencia.
Una de las especies que examinaron, Xystocheir bistipita, que teóricamente no era un animal luminiscente y que no habían vuelto a analizar desde su descubrimiento en 1967, comenzó a emitir luz en el laboratorio, y despertó la sospecha de que este milpiés podría estar mal categorizado. Más tarde, el análisis genético realizado por el equipo reveló que la equivocación era cierta, por lo que la especie se renombró a Motyxia bistipita.
Después, los investigadores comenzaron a comparar el genoma de los miembros del género Motyxia, incluyendo a su miembro más reciente, con el fin de examinar las relaciones genéticas. Después de construir un árbol evolutivo, los investigadores midieron su brillo característico y luego investigaron sus niveles de toxicidad al ver la cantidad de cianuro que poseían sus glándulas.
Curiosamente, encontraron que la bioluminiscencia de los milpiés se originó en un ancestro común, y luego fue evolucionando con el tiempo. Además, las especies que viven en las altitudes más bajas, tienen un resplandor menor que sus parientes en zonas más elevadas.