Los singulares árboles albinos: vampiros vegetales
Aunque en realidad no se puede decir que en los vegetales exista el albinismo, ya que éste es una condición genética en la que hay una ausencia congénita de melanina, y en las plantas no hay melanina, sí que existe algo parecido denominado clorosis. El albinismo vegetal o clorosis es una condición extremadamente rara que se manifiesta como la imposibilidad de la planta para producir su principal pigmento fotosintético, la clorofila. Como todos sabemos, las plantas necesitan la clorofila para realizar la fotosíntesis y obtener así energía química. Al no poder alimentarse las plantas albinas generalmente, están condenadas a una muerte segura no obstante, aunque la mayoría de las plantas albinas mueren, existen algunas que han conseguido sobrevivir varias decenas de años empleando una curiosa estrategia: El vampirismo vegetal.
La ciencia ha descubierto que la única forma de sobrevivir que tienen los árboles albinos es chupando, a través de sus raíces, la savia del árbol del que se han originado por reproducción asexual. A pesar de ser un árbol diferente, los árboles supervivientes han brotado de las raíces de otro árbol, y siguen conectados a éstas. De esta forma, les roban el preciado líquido cargado de los nutrientes que necesitan para vivir.
Esta dependencia no afecta demasiado al árbol progenitor, que es capaz de alimentar también a su prole albina. Sin embargo se ha observado que en épocas de escasez, la “ayuda” a la planta «hija» disminuye, mostrando ésta rápidos signos de deterioro. Si la época de escasez dura más de lo debido la planta albina muere.
Es particularmente curioso el caso de las secuoyas albinas. Según han determinado los científicos, la edad de algunos de estos ejemplares supera en ocasiones el siglo de vida, lo cual es asombroso teniendo en cuenta su incapacidad para fotosintetizar. Sus hojas son absolutamente blancas y por la noche brillan de manera tenue bajo la luz de la Luna produciendo una visión bastante inusual, por lo que algunos las han apodado como las secuoyas fantasmas.