Los silenciosos cetáceos zífidos
Enmudecen cerca de las orcas
El miedo puede inducir al silencio. En el mundo de la naturaleza salvaje, sucede lo mismo. La lucha por la supervivencia modifica el comportamiento y la fisiología de las especies. Especialmente las que tienen el papel de presas. Esto puede ocurrir incluso en caso de que los encuentros con los depredadores sean poco frecuentes. Los silenciosos cetáceos zífidos son un buen ejemplo.
El miedo a las orcas
Un equipo dirigido por Natacha Aguilar de Soto analizó los datos de 26 individuos de dos especies de zífidos. Es una familia de cetáceos dentados. Los que equiparon con sensores que rastrearon la profundidad a la que nadaban, la inclinación de sus inmersiones y los sonidos que emitían durante estas. El estudio se llamó Fear of Killer Whales Drives Extreme Synchrony in Deep Diving Beaked Whales. Aparece publicado esta semana en la revista Scientific Reports.
Los autores observaron que estos animales, también conocidos como zifidos de Blainville y ballenatos de Cuvier, -Mesoplodon densirostris y Ziphius cavirostris respectivamaente- realizaban sus inmersiones profundas de una manera coordinada. Se valen de sus sentidos de ecolocalización (el uso del sonido para sondear sus alrededores). Así detectan a sus presas.
Pronto llegó la sorpresa para los científicos. Se sabe que sus principales depredadores son las orcas, quienes las atacan en aguas poco profundas. Observaron que al emerger hacia esa zona, donde son vulnerables, ambas especies limitaron en gran medida las señales sonoras. Extremaban además su sincronización en el nado. Es un comportamiento que no se ha observado en otras ballenas que se sumergen a gran profundad.
Sincronicemos relojes… y voces
Ambas especies comenzaron sus vocalizaciones a una profundidad promedio de 450 metros. Fue antes de seguir descendiendo en busca de sus presas de manera individual. Posteriormente se reunieron en grupo a una profundidad media de 750 metros. Luego ascendieron silenciosamente a la superficie en un ángulo poco pronunciado cubriendo una distancia horizontal cercana al kilómetro.
Esta táctica sacrifica el 35% del tiempo de búsqueda de alimento. Pero reduce en un orden de magnitud el riesgo de intercepción de las orcas. Ellas, a menudo, guardan silencio al cazar. El factor sorpresa le provee una ventaja a la hora de buscar comida.
Es probable que estos comportamientos, basados en la ecolocalizacón hayan ayudado a sobrevivir tanto a los zifidos de Blainville como a los ballenatos de Cuvier durante millones de años. ¿Què sugiere este hallazgo? El riesgo de depredación pudo haber sido una importante fuerza evolutiva que impulsó este modo único de bucear. Así como el comportamiento vocal de los silenciosos cetáceos zífidos. Algo que quizá también pueda ayudar a explicar la reacción de ambas especies al sonar naval empleado por los barcos. Se cree que es la causa principal por la que se producen los varamientos masivos de estos animales.