Los koalas son marsupiales icónicos de Australia. Viven en bosques de eucalipto y tienen una apariencia adorable. Con su pelaje denso y orejas redondeadas, capturan el corazón de todos.
Conociendo mejor a los koalas
Se alimentan casi exclusivamente de hojas de eucalipto. Estas hojas son bajas en nutrientes y difíciles de digerir. Estos marsupiales desarrollaron un sistema digestivo especializado para descomponer las toxinas del eucalipto.
Viven en las regiones costeras del este y sureste de Australia y pasan la mayor parte del tiempo en los árboles. Duermen entre 18 y 20 horas al día para conservar energía, ya que su dieta es bastante pobre en nutrientes.
Trepan árboles con destreza, lo que les permite alimentarse y protegerse de los depredadores. Para ello, sus patas delanteras tienen dos dedos oponibles, similares a los pulgares humanos. Esto les da un agarre fuerte en troncos y ramas.
Cada koala tiene un patrón único de pigmentación en la nariz, especialmente alrededor de los orificios nasales. Esto permite distinguir fácilmente a cada individuo. Un estudio de 22 años descubrió que este patrón no cambia con la edad. La observación de esta característica es un método efectivo para estudiar a los koalas. Además, este método es no invasivo y no causa estrés, ya que se puede realizar con binoculares.
Su espina dorsal tiene una curvatura hacia el interior, por lo que pueden sentarse cómodamente en las bifurcaciones de las ramas. Además, poseen una almohadilla cartilaginosa en las nalgas que les permite descansar durante horas en esta posición sin incomodidad.
Las crías de los koalas son muy especiales
Las hembras tienen una bolsa marsupial donde crían a sus crías. El bebé, al que también llaman “joey”, es del tamaño de una gominola. Nace ciega y sin orejas y se abre camino hasta la bolsa de su madre, guiada por el olfato y el tacto. Sus patas delanteras son fuertes y tiene un instinto innato, que le ayudan en esta travesía.
Después de seis meses en la bolsa, la madre produce una sustancia especial llamada papilla. El joey la consume junto con la leche materna. Esta papilla contiene bacterias esenciales para que el bebé pueda digerir hojas de eucalipto.
A los siete meses, comienza a comer hojas, pero regresa a la bolsa para amamantar. A los doce meses, deja de mamar y se alimenta solo de hojas. Cuando sale de la bolsa, se agarra a la espalda o al vientre de su madre, y la acompaña siempre.
Los koalas tienen huellas dactilares similares a las humanas
Una característica fascinante es la similitud de sus huellas dactilares con las de los humanos. Los patrones de remolinos y bucles son casi idénticos, lo que sorprende a los científicos.
Característica que utilizan para identificarlos en estudios de conservación. Cada koala tiene un patrón único de huellas. Esto permite a los investigadores realizar un seguimiento de los individuos en la naturaleza. Además, es un ejemplo de evolución convergente, donde especies no relacionadas desarrollan características similares debido a presiones ambientales.
Cabe destacar que aunque sus huellas dactilares son similares a las de los humanos, tienen adaptaciones para su vida arborícola. Sus dedos son más anchos y tienen garras, lo que les permite trepar y agarrarse a las ramas de los árboles con facilidad.
Los koalas son criaturas únicas y fascinantes. Preservar esta especie y su hábitat natural en Australia es crucial para la humanidad.
