Los cocodrilos tienen unas mandíbulas extremadamente potentes y peligrosas. Al cerrar sus mandíbulas registran una fuerza total de 
268 kg por cm2, equivalente a 16.460 newtons de fuerza o la presión de 251,77 atmósferas.
Esto quiere decir, que cada vez que un cocodrilo muerde, ejerce una presión de más de 270 kg de fuerza. Los científicos afirman que la mordida del cocodrilo de agua salada podría rivalizar hasta con la de su antiguo ancestro y líder en esta cuestión: nada menos que el T-Rex.
Los científicos sugieren que esta fuerza en los cocodrilos es parte fundamental en su supervivencia. En un proceso evolutivo de millones de años, estos seres se las han tenido que arreglar para defenderse y sobrevivir, protegiendo sus nichos en las orillas del agua y asegurándose de que nada ni nadie pueda quitarles su estratégico lugar.
Asimismo, los procesos evolutivos han convertido al cocodrilo de agua salada en el animal con la mordedura más fuerte del mundo y, literalmente, en una máquina de generar fuerza. Es un animal muy fuerte y peligroso, tan sorprendente como atemorizador y que puede llegar a crecer hasta unos 6 metros de largo, siendo el reptil de mayor tamaño que existe.
