Los abejorros pueden aprender socialmente
Interacción y aprendizaje
No son tan simples como parecen. Son capaces de aprender tareas complejas de varios pasos, incluso si no pueden resolverlas por sí solos. Los abejorros pueden aprender socialmente, según un nuevo publicado en Nature.
Es un nivel de sofisticación cognitiva nunca antes visto. Desafía la creencia arraigada de que un aprendizaje social tan avanzado es exclusivo de los humanos. E insinúa la presencia de elementos clave de cultura acumulativa en estos insectos.
Abejas profesoras
La Universidad Queen Mary de Londres dirige la investigación. Diseñó una caja de rompecabezas de dos pasos. Requería que los abejorros realizaran dos acciones distintas en secuencia para acceder a una dulce recompensa al final. Entrenar a las abejas para hacer esto no fue una tarea fácil. Hubo que ayudar a las abejas añadiendo una recompensa adicional en el camino. Esta recompensa temporal finalmente fue retirada. Las abejas tuvieron que abrir toda la caja antes de recibir su premio.
Las abejas individuales luchaban por resolver el rompecabezas al empezar desde cero. Pero a las que se les permitió observar a una abeja «demostradora» entrenada aprendieron fácilmente toda la secuencia. incluso el primer paso, y solo obtuvieron una recompensa al final.
Este estudio demuestra que los abejorros poseen un nivel de aprendizaje social que antes se pensaba exclusivo de los humanos. Adquieren comportamientos que están más allá de sus capacidades cognitivas individuales.
Maravilla cognitiva
Los investigadores dijeron en un comunicado: «Esta es una tarea extremadamente difícil para las abejas. Tuvieron que aprender dos pasos para obtener la recompensa. Aprendieron toda la secuencia a partir de la observación social de estas abejas entrenadas. Los abejorros pueden aprender socialmente. Esto desafía la visión tradicional de que sólo los humanos pueden hacerlo.
Esta investigación abre nuevas vías para comprender la inteligencia animal y la evolución del aprendizaje social. Desafía muchas viejas suposiciones. Es el camino para una mayor exploración de las maravillas cognitivas ocultas en el mundo de los insectos. Se insinúa la emocionante posibilidad de una cultura acumulativa entre criaturas aparentemente simples, señalan los autores.