60 años después, las islas Galápagos ven nacer a unas tortugas
Por primera vez en más de un siglo, las tortugas gigantes han sido criadas con éxito en la islas Galápagos; concretamente en la isla de Pinzón.
Aunque Pinzón es una de las islas más pequeñas de las Galápagos, su ecología ha sufrido mucho: a mediados del siglo XX, las ratas provenientes de varias embarcaciones tomaron el control de la isla; con ello, la mayoría de huevos y crías de tortugas de la isla fueron devoradas.
Cualquier especie de vida más corta hubiera sido eliminada, pero con la esperanza de vida tan alta que tienen estos animales, los adultos se preservaron, esperando a que su especie fuera salvada. En los 60, los conservacionistas recogieron todos los huevos no eclosionados que pudieron encontrar en la isla y los incubaron en otra isla. Cinco años más tarde, las tortugas fueron lo suficientemente grandes como para resistir a las ratas, y fueron devueltas a Pinzón. Esto pudo repoblar a la isla durante un tiempo, pero no fue una solución a largo plazo.
50 años después, en 2012, los encargados de cuidar el Parque Nacional Galápagos pusieron cebos envenenados para atraer y matar a las ratas de la isla, esperando que esto pudiera subsanar el problema. Las ratas mordieron el anzuelo, y este año la revista Nature ha informado de que han sido vistas diez tortugas recién nacidas.
El profesor Jame Gibbs, de la Universidad Estatal de Nueva York, fue uno de los afortunados de observar la buena nueva. Lo hizo como parte de un estudio de análisis de 300 tortugas adultas.
La población de tortugas en las islas se estimaban en varios cientos de miles, y en los años 70 se databan en tan sólo 3.000. En la actualidad hay 15.000 tortugas. La salvación de cualquier especie es emocionante en estos tiempo donde muchas están en riesgo de desaparecer.