Las abejas, una fuente de antibióticos que combaten los patógenos mas dañinos
Los investigadores Alejandra Vásquez y Tobías C. Olofsson de la Universidad de Lund (Suecia), han descubierto que el pan de abejas tiene propiedades antibióticas. Estas propiedades, están suscitando gran interés en la comunidad médica, ya que permiten combatir patógenos temibles para los seres humanos.
El pan de abejas es un alimento que elaboran las abejas para alimentar a las crías, y del que se alimenta la abeja reina durante toda su vida. Las abejas van rellenando laboriosamente las celdillas del panal con finas capas de polen, que prensan con su cabeza, y miel fresca, que regurgitan de sus estómagos. Al hacer esto, las abejas transmiten a este pan todo un conjunto de bacterias del ácido láctico (BAL) que forman parte de su flora estomacal. Los investigadores creen que este producto juega un papel fundamental en el mantenimiento de la salud colectiva de la colmena.
De hecho, durante milenios los humanos han venido usando la miel para combatir las infecciones pero sin saber de donde provenían tales cualidades. Ahora los expertos de la Universidad de Lun afirman que el secreto recae en un conjunto de trece bacterias ácido lácticas (BAL) encontradas en el estómago de las abejas.
Los investigadores suecos acaban de poner a prueba los efectos de estas trece bacterias ácido lácticas enfrentándolas a varios patógenos temibles para los humanos, entre ellos la bacteria Staphyilococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), la Pseudomonas aeruginosa y la Enterococcus resistente a la vancomicina (VRE). Los resultados evidenciaron las propiedades antibióticas de BAL, ya que, al ponerlas en contacto con los mencionados patógenos en el laboratorio, se pudo observar, como las bacterias BAL inhibían a las colonias de bacterias patógenas.
Las pruebas con humanos se han realizado únicamente en laboratorio, sin embargo los científicos suecos han probado la acción de las BAL con diez caballos que contaban con heridas que se resistían a sanar. A pesar de que los propietarios de los caballos habrían intentado curar sus heridas con otros métodos, todos fueron infructuosos. En cambio, la mezcla de bacterias ácido lácticas vivas consiguió curar las heridas.
Los investigadores aseguran que el éxito de las BAL tiene que ver con el amplio espectro de las sustancias activas que generan. Los antibióticos comunes constan normalmente de un único principio activo, que se muestra efectivo contra un estrecho espectro de bacterias muy concreto. Sin embargo la aplicación de estas trece bacterias vivas consigue, de algún modo, producir el tipo de compuesto antimicrobiano correcto y necesario para contrarrestar la amenaza.
Parece que lleva millones de años funcionando bien con las colonias abejas, a las que protege de los microorganismos dañinos. Por desgracia la miel que compramos en nuestros supermercados no contiene bacterias acidó lácticas vivas, por lo que muchas de sus propiedades se pierden.