La serpiente que toma el veneno prestado
Lo obtiene de sus presas
Existen muchas serpientes venenosas. Pero, ¿cuántas especies de serpientes usan el veneno de sus presas para atacar? Solo una. Las serpientes Rhabdophis, oriundas del sudeste asiático. En vez de producir su propio veneno lo toman prestado de su alimento, los sapos. Lo almacenan en su propio cuerpo para paralizar el corazón de posibles depredadores. Curiosamente, los investigadores se han dado cuenta de que algunas especies del mismo género no devoran sapos. Sino que han encontrado otra fuente de toxicidad, hasta ahora desconocida y completamente inesperada: las luciérnagas. La serpiente que toma el veneno prestado es sorprendente.
Sapos… y luciérnagas
Estas serpientes lucen unas glándulas en la piel donde almacenan bufadienólidos. Una clase de esteroides letales que obtienen de los sapos, su presa tóxica de elección. «Doblan sus cuellos en una postura defensiva. Sorprende a los depredadores desafortunados con un bocado de toxinas», dice el herpetólogo de la Universidad Estatal de Utah, Alan Savitzky. Aves rapaces y pequeños mamíferos carnívoros pueden acabar trágicamente.
Las serpientes obtienen sus toxinas de los sapos que devoran. Pero no todos los miembros del género derivan su toxina defensiva de la misma fuente. Algunos de ellos cambiaron su dieta principal de sapos por las lombrices de tierra. Como estas son inofensivas, las serpientes han añadido un postre que produce la misma clase de toxinas que los sapos. Las larvas de luciérnagas. Los hallazgos aparecen en la revista PNAS.
«Es el primer caso documentado de un depredador de vertebrados que cambia de una presa vertebrada a una presa invertebrada por la ventaja selectiva de obtener la misma toxina defensiva», dice Savitzky.
Hay una relación distante entre los sapos y las luciérnagas. El drástico cambio en la dieta probablemente involucró una señal química compartida por ambos. Quizás las toxinas mismas. Son los únicos animales actualmente sospechosos de sintetizar estos compuestos. «Esto representa un notable ejemplo evolutivo de adaptación», dice Savitzky.
Cambiando la dieta
Los investigadores no saben qué es lo que ha provocado este cambio en la dieta. Tampoco hay información que sugiera que los sapos no estén disponibles en las regiones donde las serpientes comen gusanos. Es posible que el cambio de dieta haya ocurrido en respuesta a una mayor densidad de lombrices de tierra en comparación con los sapos», explica. «Es posible que una dieta de lombrices de tierra sea más rica en energía. Al menos en comparación con el coste de capturar gusanos versus ranas. Pero eso es simplemente especulación», aclara el investigador.
La serpiente que toma el veneno prestado es un ejemplo notable de cómo se adaptan las especies en el juego de la supervivencia.