La plaga de los peces dorados
Se ven tan lindos en sus peceras… pero son terribles. Claro, si los sueltas. Mucha gente se cansa de tenerlos, y los llevan a ríos o estanques. Grave error. Puedes propiciar la plaga de los peces dorados. Se convierten en verdaderos monstruos en ciertos escenarios.
Gigantes en ciernes
Estos simpáticos animales son conocidos como Carassius auratus. Y se convirtieron en un verdadero problema. En especial para las especies locales de pantanos, lagos y ríos de todas partes del mundo. ¿Por qué? Pues resulta que en un medio silvestre pueden crecer más de lo usual. Llegan a alcanzar el tamaño de una pelota de fútbol. Y su peso va hasta los 2 kg. Estas especies invasivas son una amenaza para los ecosistemas locales.
De hecho, las autoridades de Minesota, en EE.UU., lo detectaron. Hicieron un llamado a los ciudadanos para que no liberen a estos peces. Se les considera una especie invasora en los lagos y ríos del estado. Se encontraran varios ejemplares gigantes en el lago Kelle.
En primer lugar, estas especies originarias de China son carnívoras. Se alimentan de los huevos que ponen los peces locales. Estos, a su vez se alimentan de las larvas de mosquito en el agua (son insecticidas naturales). Además, para buscar alimentos utilizan una técnica que consiste en sacudir el suelo.
Lo que nos lleva al segundo problema. Al levantar el barro del fondo, hace que floten nutrientes antes enterrados. Se activa un crecimiento desmesurado de algas. Además, este tipo de pez carpa puede traer enfermedades desconocidas para la población nativa de peces.
Viajeros resistentes
Se hizo un estudio hace unos años en Australia. Les hicieron un seguimiento a 15 peces dorados durante un año. El fin era determinar cómo migran estas especies. «Descubrimos que estos peces pueden migrar de los canales (donde son dejados por sus dueños) al río. Y de allí al sistema de pantanos donde ponen los huevos», señalaba la investigación. En un año pueden recorrer una distancia de más de 230 kilómetros.
Otro detalle de estas criaturas es que se reproducen como conejos. Es cierto, las peceras en los hogares limitan su crecimiento. Pero una vez que los dejas sueltos, podemos ver lo que pasa.
Y eso no es todo. Los expertos también advierten de las consecuencias que puede tener tirar el agua de las peceras a ríos y lagos. En estas aguas estancadas de pecera se acumulan enfermedades y parásitos. Aquello puede afectar frágiles ecosistemas.
¿Te das cuenta de los problemas que traería la plaga de los peces dorados? Ahora, ¿tienes uno en tu pecera, y te quieres deshacer de él? Los expertos recomiendan dos opciones. Llevarlo a un acuario o «darle una eutanasia humana metiéndolo en el congelador».