La nieve cubre de blanco el tono rojizo del Sáhara
Si por algo es famoso el desierto del Sáhara es por su clima cálido, seco, inhóspito y cubierto de arena hasta donde alcanza la vista. Sin embargo, es un poco más diverso que la idea que tenemos sobre él, ya que hay cubierta vegetal a lo largo del Valle del Nilo y, en algunas zonas, las lluvias se ven varias veces a lo largo del año. Lo que sí es sorprendente son las nevadas en las dunas.
A finales de 2016, la gente se sorprendió al ver una capa blanca cubrir una parte árida del desierto por primera vez desde 1979. Ahora, según informan varios medios, parece que ha vuelto a suceder. Algunos lugares registraron hasta 40 centímetros de nieve, aunque todavía no existe un informe meteorológico preciso sobre ello.
Pero la alegría no duró mucho rato. Después de solo un par de horas, la arena volvió a cubrir de rojo el paisaje sahariano. Según Earther, solo la cima de la montaña Atlas mantuvo la nevada por un poco más de tiempo.
Pero tanto en 1979, como en 2016 y, también este año, el lugar cubierto de nieve ha sido Ain Sefra, una ciudad del norte de Argelia que comúnmente se conoce como la Puerta al Desierto. Está aproximadamente a un kilómetro sobre el nivel del mar, lo que significa que es más probable que haya nieve allí que en otras partes topográficamente más bajas del desierto.
Es un área predominantemente árida: experimenta temperaturas bastante altas en promedio y tasas de precipitaciones muy bajas. Esto hace que la nieve sea aún más improbable en esta parte del mundo; entonces, ¿qué está pasando?
Las temperaturas pueden caer por debajo de los 0º en esta época del año, y eso no es tan inusual. Pero eso no es todo lo que se necesita para generar una cantidad sustancial de nieve. En primer lugar, se necesita evaporar una gran cantidad de agua o, al menos, enviar mucho vapor a través de las corrientes atmosféricas.
En este caso, parece que una gran cantidad de aire frío se vertió en el Sahara desde América del Norte, que atravesó el Atlántico en los últimos días. Gracias a esto, la temperatura local se mantuvo alrededor del grado por encima del cero, creando las condiciones ideales para una nevada.