La nieve artificial podría salvar un glaciar en los Alpes
El glaciar Morteratsch, como muchos otros en el mundo, se está muriendo. Es un destino turístico y clave en el poder monetario de los Alpes suizos, y cada año pierde 35 metros de diámetro. Para buscar una solución, se le pidió a un grupo de investigadores suizos y holandeses para tratar de hacer algo al respecto. Su plan: pulverizar nieve artificial para detener el deshielo.
Aunque pueda sonar un tanto infantil, tiene su explicación: la nieve falsa ayudará a reflejar la luz del sol y así el glaciar verdadero recibiría menos calor. La prueba está en un glaciar llamado Diavolezzafirn, que gracias a un recubrimiento similar ha crecido 8 metros en diez años.
Como hemos mencionado anteriormente, el turismo es una de las razones por la cual la administración ha decidido ponerse manos a la obra. Sin embargo, el glaciólogo Felix Keller, de la Academia Engiadina en Suiza y líder de la conservación del glaciar, cree que «se trata mucho mas que eso. Si solo fuera para esquiar, ni me plantearía hacerlo. Lo más importante acerca de los glaciares es que proporcionan un suministro de agua básico para la flora y la fauna cuando no hay lluvia».
Pone como ejemplo los aldeanos de Ladakh, en la India, que dependen del deshielo de un glaciar del Himalaya cuando las lluvias escasean. Ahora que ese glaciar se está derritiendo, los habitantes de la zona se enfrentan a sequías y faltas de cultivo. Hace algunos años, el mismo Felix Keller ayudó en la construcción de un glaciar artificial para salvar algo de agua para que los habitantes de Ladakh pudieran sobrevivir al verano. Él ve en la nieve artificial un posible recurso para proteger los recursos hídricos del mundo.
El método tiene cierto potencial para retrasar algunos de los efectos del cambio climático, pero es más una tirita que una operación. La nieve artificial no funcionaría en las situaciones más críticas, como en la Antártida. Tenemos que cortar el problema de raíz en vez de tratar de solucionarlo con parches.