La víbora cola de araña (Pseudocerastes urarachnoides) es una de las serpientes con la ornamentación caudal más elaborada del mundo (junto con las serpientes de cascabel Crotalus y Sistrurus). El primer hallazgo de este espécimen ocurrió en 1968. El animal estaba muerto, y después de ser examinado, los científicos llegaron a la conclusión de que parecía una víbora con una araña camello o Solífugo enganchada en la cola, o quizás un individuo con un crecimiento anormal de dicho apéndice, de modo que la serpiente fue simplemente etiquetada como Pseudocerastes persicus.
Sin embargo, uno de los científicos que tuvo la oportunidad de examinar dicho ejemplar conservado capturó 35 años después a otro ejemplar, esta vez vivo, y comprobó para su sorpresa que lucía una cola idéntica a la mostrada por el espécimen conservado en un tarro etiquetado.
Se supuso que esta serpiente venenosa utilizaba la cola como señuelo para capturar presas, y no se equivocaron. Para comprobar su teoría, introdujeron un polluelo en el terrario donde se encontraba la serpiente. Efectivamente, la serpiente comenzó a mover la cola para atraer a la presa.
Recientemente, se han conseguido imágenes de la víbora cola de araña en estado natural, no sólo utilizando la cola como señuelo, sino capturando una presa gracias a ésta.
