Un gorila usó el lenguaje de signos para describir cómo cazaron a su madre
En África la caza furtiva de gorilas es una práctica demasiado común, y a menudo los cazadores despiezan a los animales por su carne y dejan a las crías huérfanas solas. Uno de estos huérfanos llamado Michael tuvo más suerte. A los tres años fue rescatado y mandado a vivir con una gorila amaestrada llamada Koko que le cuidó como si fuese su hermana mayor. Ambos primates fueron enseñados por sus cuidadores a pintar y a comunicarse rudimentariamente mediante lenguaje de signos.
Un día, le preguntaron a Michael «¿Qué puedes decirnos sobre tu madre?«. Varias veces repitió la misma respuesta: hizo las señas de llanto, afilado, problema y cuello, entre otras y mientras actuaba agitado, para describir la memoria que tenía de su madre. Los cuidadores de Michael asumieron por esta respuesta que el gorila presenció la muerte de su madre a manos de furtivos cuando era un bebé y llevó consigo ese horrible recuerdo desde ese momento.