Encuentran un trozo de gravilla y resulta ser un cerebro de dinosaurio petrificado
Lo que al principio se pensaba que era un trozo de gravilla descubierto por un cazador de fósiles en Sussex, hace más de una década, ha sido confirmado como el primer cerebro de dinosaurio petrificado. La muestra se cree que es de un iguanodonte, un animal herbívoro que vivió hace más de 130 millones de años.
Los científicos creen que el cráneo del dinosaurio quedó en el barro del fondo de un pantano, lo que permitió que su cerebro se fosilizara y preservara. Con el tiempo, los tejidos blandos se mineralizaron, pero el fósil retuvo otras partes, como las meninges -una membrana protectora que rodea el cerebro-, los vasos sanguíneos, el colágeno y estructuras que se cree que son la capa exterior de las células nerviosas.
Un estudio detallado del fósil ha revelado ciertas similitudes con el cerebro de los aves y los cocodrilos, parientes cercanos de los ya desaparecidos dinosaurios.
Alex Liu, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge afirma que «las posibilidades de preservar el tejido cerebral son increíblemente pequeñas, por lo que un hallazgo de tal calibre es asombroso».
Su descubridor, Jamie Hiscocks, que se encontró con la muestra en una playa de Bexhill-on-Sea en 2004, afirma que siempre ha notado que su fósil era especial: «me di cuenta de que había algo raro en él, y entonces se me pasó por la cabeza la idea de que pudiera conservar tejidos blandos».