Encuentran parte de un océano perdido que existía antes que el Atlántico
La Tierra no par quieta; sus continentes se mueven, se desvanecen y surgen a través de los milenios, sin casi dejar rastro.
Pero el geólogo Roi Granot, profesor de la Universidad de Ben Gurion, en Israel, afirma que ha descubierto la placa más antigua del fondo marino de la Tierra hasta la fecha. La placa, de unos 96.500 kilómetros cuadrados, se esconde bajo la zona oriental del Mar Mediterranio desde hace más de 340 millones de años, y no había sido descubierta hasta ahora porque está a 12 kilómetros de profundidad.
Por aquellas fechas, las masas de tierra se unieron para formar el supercontinente Pangea, que más tarde se separó para formas los continentes que conocemos hoy en día. También, se trata de una placa de una superficie 70% mayor que cualquier otro lecho marino que los investigadores conocen, incluidas las del Atlántico y el Índico.
Para probar el presentimiento que tenían de que el mar Mediterráneo ocultaba algo importante, Roi llevó a cabo cuatro expediciones de investigación desde octubre de 2012 hasta el mismo mes de 2014.
Un equipo de tres sensores, remolcado tras un barco, zigzagueaba a través del mar durante cada viaje a la caza de anomalías magnéticas, que para los geólogos son una especie de «firmas» de las rocas enterradas en la corteza. Según un patrón encontrado, y tras el razonamiento del experto, se puede revelar la existencia de un antiguo bloque de corteza en el fondo marino.
Tras dos años de investigación, se pudo confirmar el hallazgo.
«Me sorprendió», afirmó el experto, que estaba en un vuelo de 16 horas en el momento que los datos terminaron de procesarse. «La imagen era muy clara; vi la corteza oceánica, y como en aquel momento no tenía con quien compartir mi nuevo hallazgo, tuve que caminar recorriéndome el pasillo ida y vuelta hasta que aterrizamos».
Los hallazgos podrían significar que el Océano Tetis se formó unos 50 millones de años antes de que los científicos pensaban. «Pero no estamos seguros de que realmente sea el Tetis. Esta corteza podría no tener nada que ver con él», afirma Roi.
A parte de reescribir la historia de las placas tectónicas, Roi Granot dice que el descubrimiento «también puede ayudar a entender el flujo de calor en el Mediterráneo oriental, que a su vez ayudará a evaluar el potencial de los hidrocarburos en dicha región».