El polvo de diamante, un fenómeno atmósferico fascinante
El polvo de diamante es un fenómeno meteorológico tan extraño como espectacular. Una inusual combinación de frío y humedad ambiental puede crear unos fascinantes cristales de nieve que caen bajo un cielo despejado. Este fenómeno recibe el nombre de polvo de diamante precisamente porque al producirse con los cielos rasos, cuando es de día y luce el sol, los pequeños prismas de hielo actúan como minúsculos espejos y en el ambiente parecen flotar pequeños diamantes, lo que en muchas ocasiones da lugar a espectaculares fenómenos ópticos como los halos, parhelios y una gran variedad de arcos luminosos.
Para la formación de estos pequeños cristales no es necesaria una humedad ambiental muy elevada, ya que la principal responsable es la baja temperatura del aire, que provoca que el vapor de agua de la atmósfera pase de estado gaseoso a sólido adoptando formas hexagonales que parecen caer de ninguna parte. Este tipo de precipitación también es llamada «precipitación de los cielos claros».
Las extremas condiciones climáticas que se registran en las zonas cercanas a los círculos polares de la Tierra hacen de estos lugares remotos, el escenario ideal para contemplar esta curiosa lluvia surgida de la nada, aunque puede formarse en cualquier lugar con una temperatura muy por debajo de la de congelación.