El peligro del agua dulce en el Ártico
¿Qué está sucediendo en el mar de Beaufort? Es la reserva de agua dulce más grande del océano Ártico. En los últimos tiempos aumentó en un 40%, revela una nueva investigación. ¿Y qué pasaría si se libera toda esta reserva en el Atlántico? Podría afectar seriamente el equilibrio climático en el planeta. Sí, es el peligro del agua dulce en el Ártico.
Simulando vientos
Científicos de la Universidad de Washington dirigieron el estudio. Realizaron avanzadas simulaciones para entender las consecuencias de este escenario. El agua dulce originaria del mar de Beaufort se desplaza hacia el mar de Labrador. Atraviesa el archipiélago canadiense, no los pasadizos marinos más amplios que conectan con los mares del norte de Europa. ¿Qué pasaría con un cambio en los vientos de la región? Podría hacer que esta agua dulce llegara al mar de Labrador de manera acelerada.
«En el futuro, si los vientos se debilitan y se libera el agua dulce, habría consecuencias. Esta gran cantidad de agua tendría una gran influencia en la región del mar de Labrador». Lo subrayó Jiaxu Zhang, autora principal del estudio, citada por Science Daily.
El hallazgo tiene implicaciones directas para la vida marina en el mar de Labrador. El agua del Ártico es más fresca y también es rica en nutrientes. Este desplazamiento de agua dulce, además, podría afectar también a corrientes oceánicas más grandes. Tendrían impactos de mayor escala.
Repitiendo patrones
«Una liberación de agua dulce de este tamaño en el Atlántico Norte subpolar sería significativa. Podría afectar un patrón de circulación crítico, llamado Circulación de Retorno del Atlántico Meridional. Tiene una influencia significativa en el clima del hemisferio norte», explicó Wilbert Weijer, coautor del estudio.
En el marco de la investigación, los científicos se basaron en un evento pasado que ocurrió entre 1983 y 1995. Simularon la circulación del océano siguiendo la propagación del agua dulce del mar de Beaufort. El volumen de agua dulce que existe actualmente en este mar es de más de 23.300 kilómetros cúbicos. Es decir, aproximadamente el doble de aquel del caso estudiado.
El peligro del agua dulce en el Ártico es real. Si se libera en el Atlántico norte, los impactos podrían ser grandes. Las consecuencias exactas todavía se desconocen. Sin embargo, «podrían causar estragos en el delicado equilibrio climático que dicta el clima global».