El casuario se relacionó con el hombre hace más de 18.000 años
El casuario es el ave más temible y mortífera del planeta. Son capaces de herir de muerte con sus afiladas garras a quienes los molesten. Gracias a una investigación, recientemente descubrieron que hace 18 mil años, los humanos los criaban como pollos.
Hace 18.000 años el hombre criaba casuarios
En el Pleistoceno recolectaban los huevos de estas grandes aves. La finalidad era criarlos en cautiverio, milenios antes de que el hombre domesticara a los pollos. Así lo sugiere Kristina Douglass, investigadora y una de las autoras de este estudio.
Dicho estudio lo publicaron en Proceedings of the National Academy of Sciences. Los casuarios se consideran como las aves más peligrosas que aún existen. Por esta razón es que el descubrimiento asombra a la ciencia.
Sin embargo, el casuario comparte con el ganso una característica. Lo primero que ven al salir del huevo, lo identifican como su madre. Esto hace que la crianza de estos polluelos gigantes sea más fácil de manejar.
Es un ave gigante considerada un dinosaurio viviente
El casuario se considera como un dinosaurio viviente. Puede alcanzar poco menos de 2 metros de altura y un peso de más de 50 kilogramos. Aunque huye ante la presencia de los humanos, es muy territorial, agresivo y peligroso si se siente amenazado.
Siendo un ave tan gigantesca, su peso no le permite volar. Cuando se vuelve agresiva por una amenaza, es capaz de destrozar a sus rivales con sus poderosas patadas. Sus garras afiladas miden 10 centímetros y han causado la muerte de muchas personas.
El casuario es natural de Nueva Guinea, donde se realizó el estudio. Los primeros humanos que habitaron la isla, llegaron hace 42 mil años. Estos primeros habitantes se encontraron con estas temibles e irritables aves cuando se adentraron en la isla. Buscaron entonces la forma de sacar provecho de la situación.
Una investigación que se basó en descubrimientos de los arqueólogos
Los arqueólogos recolectaron artefactos y restos de aves en lugares rocosos de la isla que sirvieron de refugio a los primeros colonos. Lo hallado, fue depositado en el Museo Nacional y Galería de Arte de Papúa Nueva Guinea.
Entre lo recolectado, había más de mil fragmentos de huevos de casuario. Los investigadores descubrieron que a estos huevos los llevaban allí para la cría en cautiverio. Observando los huevos con detenimiento, hallaron que muchos fueron cocinados.
Sin embargo, otros fragmentos sugieren que muchos huevos llegaron a eclosionar. Es decir que nacieron los polluelos, lo que determina que los criaban como pollos. Estas cáscaras datan de entre 9 mil y 11 mil años de antigüedad.
Actualmente los indígenas que habitan la isla, le dan mucho valor a la carne y las plumas del casuario. Muchos grupos, todavía crían a estas gigantescas aves recolectando huevos que encuentran en la isla. Lo hacen con fines comerciales y rituales.
Sin embargo, no resulta fácil recolectar huevos de esta ave. Los nidos siempre los custodian machos irritables y muy agresivos. Aunque no se descarta que los primeros habitantes hayan ideado maniobras de distracción para llevarse los huevos.