El cangrejo boxeador, pequeño pero matón
Lybia edmondsoni comúnmente llamado cangrejo pom pom o cangrejo boxeador, es un crustáceo endémico de las islas hawaianas, donde habita camuflado entre los corales y esponjas de los arrecifes del océano Pacífico. Considerado una maravilla de la evolución, su característica más llamativa es su curiosa asociación con las flores o anémonas de mar, animales marinos con aspecto de plantas. El nombre en hawaiano de este pequeño cangrejo es pua kūmimi, que significa «el cangrejo no comestible con flores».
Así que en realidad, lo que parecen pompones son flores o anémonas de mar, pólipos solitarios que viven anclados a un sustrato asemejándose más bien a una colorida planta que a un animal propiamente dicho, de ahí su denominación.
El cangrejo boxeador utiliza sus pequeñas y alargadas pinzas, provistas con 8 o 9 espinas, para atrapar anémonas de los géneros Bunodeopsis o Triactis. Estas pequeñas anémonas tienen en sus tentáculos sustancias muy urticantes, que le sirven de protección ante posibles depredadores tanto para ellas, como para los crustaceos con que asocian. Con una longitud que no supera el centímetro y unas pinzas poco amenazadoras, sin la protección de estas anémonas marinas este pequeño cangrejo sería una presa fácil.
El cangrejo boxeador también emplea las flores de mar para capturar alimentos. Los tentáculos de las anémonas presentan una sustancia pegajosa a la que quedan adheridas las partículas alimenticias (como pequeños microcrustáceos) con mucha facilidad. Con las anémonas el cangrejo puede ir barriendo el sustrato marino y con el segundo par de patas, introducir las partículas en la boca. Las anémonas por su parte se benefician de la relación al alimentarse de las sobras de comida que captura el cangrejo.
Además este singular cangrejo es fácilmente distinguible por su caparazón en forma de trapecio y un patrón cromático característico: polígonos de color rojo-marrón sobre fondo blanco, separados por líneas negras.
Si se acerca un depredador, como por ejemplo un pulpo, el cangrejo agita sus pompones frente a él liberando partículas urticantes, e incluso en ocasiones, particularmente venenosas, el pulpo detecta el peligro y se aleja en busca de otra presa más saludable y menos tóxica.