El ave que viaja 80 mil kilómetros al año
La más viajera del mundo
Se le llama el charrán ártico. Es un ave de mediano tamaño con el dorso y las alas grises y la cola blanquecina. En su cabeza luce un capuchón negro muy visible. Durante la época de cría su pico es totalmente rojo, al igual que las patas. ¿Qué la hace tan particular? Es el ave que viaja 80 mil kilómetros al año. En toda su vida, hace 6 veces la distancia de la Luna a la Tierra.
Viaje extremo
Se reproduce en las regiones árticas y subárticas de Norteamérica, Asia y Europa. En Groenlandia está la mayor concentración de colonias del mundo.
A finales de agosto se dirigen hacia el Océano Antártico. Y realiza una de las migraciones estacionales más largas de todo el reino animal. Más de 80.000 kilómetros anuales. Atraviesa condiciones meteorológicas extremas y un elevado desgaste energético. Muchas perecerán antes de alcanzar su destino. Se estima que esta ave puede vivir unas tres décadas.
A lo largo de su vida habrá viajado en torno a 2,4 millones de kilómetros. Seis veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Durante el viaje realizan una parada importante (que dura hasta un mes) al norte de las islas Azores. Allí reponen fuerzas, alimentándose de peces y pequeños crustáceos marinos.
De polo a polo
El ave que viaja 80 mil kilómetros al año es capaz de detectar corrientes oceánicas, lo cual es fundamental para su alimentación. Con ellas se elevan nutrientes que atraen al plancton y peces pequeños de los que se alimentarán.
Llegan a la Antártida en diciembre, cuatro meses después su partida. Aprovechan su estancia en la costa antártica para zambullirse en busca de kril y de otros alimentos. Allí permanecerán hasta mediados de abril del año siguiente, cuando retornan. Este será mucho más rápido, gracias a que aprovechan los vientos. En apenas dos meses están nuevamente en su hogar del norte, listos para aparearse.
Con el retorno el charrán ártico cierra su ciclo anual, un viaje que une los dos polos. Uno en donde se reproduce y otro en el que pasa el resto de su tiempo no reproductivo.