El ave que puede comer sapos venenosos
En Australia, el ibis blanco es llamado «pollo de la basura». Busca comida donde puede, incluso en basureros. Pero tiene una rara habilidad. Es el ave que puede comer sapos venenosos.
Los sapos de caña fueron introducidos en Australia en la década de 1930. Su piel libera veneno cuando se siente amenazado. Mata de un ataque al corazón a la mayoría de animales que entran en contacto con ellos.
Método inédito
Sin embargo, se reportaron muchos videos de ibis “jugando” con estos sapos. Emily Vincent dirige programas de especies invasoras en la organización benéfica ambiental Watergum. Dice que este comportamiento ha sido reportado en toda la costa este de Australia.
«Un ibis le estaba dando vueltas a los sapos, tirándolos en el aire. Después de esto, siempre limpiaban los sapos en la hierba mojada. O bajaban a una fuente de agua cercana y enjuagaban los sapos». Es evidencia de un método de «estresar, lavar y repetir» que las aves han desarrollado. Libran a los sapos de sus toxinas antes de tragarlos enteros.
Halcones y cuervos descubrieron rápidamente cómo comérselos. Ponían a los sapos de espalda y les sacaban los intestinos, sin tocar las glándulas. Pero el método de los ibis es inédito. «Los ibis tienen una reputación injusta. Esto demuestra que son pájaros inteligentes», dicen los investigadores. «Obligan al sapo de caña a deshacerse de la toxina en sí. El sapo les está haciendo todo el trabajo.»
Controlando sobrepoblación
Algunas especies están reconociendo lentamente a esta plaga como «una muy mala elección para el almuerzo». Otras están experimentando cambios genéticos que las hacen menos susceptibles al veneno. Y luego están los animales como el ibis. Esta técnica ayudaría a controlar la sobrepoblación de sapos.
«Tienen una capacidad de reproducción increíble. Con cada sapo de caña hembra menos, se previenen hasta 70.000 nuevos sapos de caña cada año».
La mayor parte del trabajo pesado lo hacen animales que a Australia le encanta odiar. Como el ibis, los roedores o las hormigas. «Todos esos animales están haciendo un trabajo maravilloso. Son un ejército invisible que reduce la cantidad de sapos de caña cada año». Y el ave que puede comer sapos venenosos llegó a este ejército para quedarse.