El árbol que da cuarenta frutas
Agricultura y arte
Es un proyecto puesto en marcha en el año 2008. Lo inició Sam Van Aken, profesor de artes de la Universidad de Syracuse de Nueva York. Trasciende el arte, la agricultura y la conservación. Es el árbol que da cuarenta frutas. Él lo define como “una cápsula viviente de biodiversidad”.
Injertando especies
Hay varios ejemplares. Se usa la técnica del injerto. Se corta una sección de una rama para unirla con la de otra especie. Los tejidos de ambas se juntan en el punto de unión. El injerto crece absorbiendo los nutrientes de forma indirecta. El resultado es un árbol que puede dar flores y frutos de muchas variedades. Tantas como injertos se le puedan realizar.
Así, puede perpetuar y extender las variedades de fruta que resultan más apetecibles, productivas o resistentes. A efectos prácticos lo que se consigue es “clonar” de forma natural un ejemplar seleccionado. Hay también una función adaptativa. Esto se debe a que el tronco es el que está en contacto con el suelo. Especies con dificultades para crecer en un determinado ambiente pueden sobrevivir siendo injertadas.
Para que un injerto tenga éxito, debe pertenecer a un mismo género botánico que la especie base. Los árboles del profesor Van Aken son pertenecientes al género Prunus. Agrupa melocotoneros, ciruelos, cerezos y albaricoqueros; en múltiples variedades.
Variedades que se pierden
Al llegar la primavera florecen con diversas tonalidades de color blanco y rosado. En verano, aparecen 40 variedades distintas de las frutas mencionadas. El proceso dura varios años. Los injertos se realizan en primavera, y se espera un año entero para comprobar si funciona. Y otros dos o tres para que empiecen a dar frutos.
“Hace 100 años, en los Estados Unidos se cultivaban 2.000 variedades de melocotones. Había casi 2.000 de ciruelas y casi 800 de manzanas. Hoy solo queda una fracción de estas”. El árbol que da cuarenta frutas puede servir como un proyecto de conservación de semillas.
Van Aken recibió una propuesta para crear un jardín abierto al público en Governors Island, en la bahía de Nueva York. Allí sembraría árboles de 40 frutas. Se prevé el cultivo de 50 árboles con más de 200 variedades de fruta en total. Será toda una experiencia sensorial.