¿Cómo soporta la presión un pez abisal?
Si alguien ha practicado submarinismo, sabe perfectamente que tiene que tener mucho cuidado con la profundidad a la que investiga, ya que el agua que hay encima de él ejerce presión sobre su persona. Cada diez metros que se descienden, la presión aumenta una atmósfera. Cuanto más te sumerges, tus pulmones se irán viendo cada vez más reducidos, hasta que llega un punto en que ya no se pueden comprimir más y la sangre sale de los vasos sanguíneos provocando un edema.
Pero existen ciertos animales acuáticos que nacen, crecen y se desarrollan a profundidades impensables para un ser humano: entre dos mil y seis mil metros de profundidad. Son los llamados peces abisales, y reciben este nombre por la franja de profundidad oceánica en la que habitan. Son de formas muy diversas y con un aspecto un tanto aterrador, y podemos encontrar especies como el pulpo telescopio, la esponja globo verde o el calamar de cristal. Pero, ¿cómo hacen este tipo de peces para que no les afecte la presión y puedan sobrevivir a tanta profundidad?
Estos peces suelen ser pequeños para así ofrecer poca superficie corporal, y poseen cuerpos blandos con estructuras internas también blandas (huesos y espinas más dúctiles). Así, no tienen ningún tipo de oquedad (espacio hueco en el interior de un cuerpo sólido) que pueda ser rellenado con algún gas. También, los tejidos que forman sus cuerpos están repletos de grandes cantidades de agua sometida a la misma presión que la de su alrededor, y por esa igualdad de presión no mueren aplastados.